Cada miércoles un cuento en El Estafador

jueves, 20 de enero de 2011

Desayuno

Dos de las entradas que más visitas reciben vía buscador hablan de piojos una y de Ikea otra. Como no tengo nada nuevo que conatr sobre piojos, de momento, hablaré de Ikea.

La semana pasada, Mercedes tuvo un día libre y no se nos ocurrió mejor forma para empezar nuestra mañana en pareja que ir a desayunar a Ikea. Será que me conformo con poco pero para mí el colmo de la buena vida es desayunar fuera de casa.

Estuve un rato dudando entre el desayuno mediterráneo y el sueco, con un apetitoso bollito de canela. Resolví mis dudas de la mejor forma posible: me pedí los dos. Por un momento barajé la posibilidad de tomarme un desayuno inglés pero es que el bacon y los huevos revueltos por la mañana si no es con tortillas de maíz y con frijoles... no sé, como que no me entra bien.

Como fuimos de los primeros en llegar, elegimos sitio y nos sentamos delante de los ventanales que dan al parking y que permiten recrearse la vista con la sucesión interminable de tiendas y más tiendas: un almacén asiático gigante, un centro comercial, Porcelanosa a lo burro, varias tiendas de electrodomésticos...

Al rato, y mientras echaba sapos y culebras por la boca, tomé esta foto:





En ella se puede apreciar con claridad, más o menos, cómo hay un coche aparcado en la zona reservada para coches en los van niños mientras hay decenas de sitios libres por todas partes. Es razonable que haya sitios reservados porque es un verdadero follón atar y desatar niños, montar carritos y todo eso. Pero la gente es poco de respetar.

Le estaba poniendo la cabeza como un bombo a Mercedes y había jurado ya por sexta vez que me iba a ir a vivir a Islandia cuando la mujer que se había bajado del coche, volvió, abrió la puerta de atrás y sacó a un bebé seguido de una abuela. Me sentí fatal y pedí disculpas (mentales) por todo lo que había dicho.

Pero sobran los malos ejemplos. Me giré para el otro lado y tomé otra foto:




Y en este caso no había niño alguno en el coche.

2 comentarios:

Fabi dijo...

No sabes cómo te entiendo. Embarazada de 8 meses estuve diez minutos intentando meter mi barriga por el hueco de la puerta del conductor porque un g*****as se había pegado a mi puerta dejando menos de 10 cm. de espacio. Cuando ya estaba blasfemando en todos los idiomas y cerré la puerta para ir a pedir por megafonía que avisaran el g*******as aparece el susodicho, que había presenciado toda la escena recostado en la puerta del centro comercial, y llave en mano me suelta "si le estorba lo muevo." Lo fulminé con la mirada. En el suelo del parking aún se puede ver la mancha que dejaron sus cenizas.
:-))))))))))))))))))))))))))))

Anónimo dijo...

Con lo civilizados que son estos suecos seguro que no han llegado a contemplar que alguien sin niños utilice los aparcamientos para ese fin. Deben estar bloqueados y no saben si intervenir con un servicio privado de grua.