Cada miércoles un cuento en El Estafador

domingo, 5 de agosto de 2012

El fin(al) de la crisis

De la crisis saldremos. No será con un comunicado oficial ni con un titular de última hora. Pero llegará el día en que todo esto quede atrás, al menos durante una temporada. No es una idea optimista. Es la constatación de que, una vez más, la crisis ha sido, está siendo, una herramienta en manos de la Dominación para ajustar las tuercas de sus productivos engranajes, para recalibrar la polaridad de las pilas que hacen que todo este funcione. Las pilas, ya lo dijeron los hermanos Wachowski, somos tú, yo, el resto.

Y ahora el tic de escritor, la metáfora que lo intenta explicar. Es como el que se ha cansado de sus zapatos sin que estén lo suficientemente viejos y rotos como para justificar el cambiarlos por unos nuevos. Así, empieza a maltratarlos, los moja en los charcos, da patadas a la tierra, los roza con saña contra el asfalto... hasta que los zapatos están tan destrozados que ya sí se pueden cambiar por otros. En esta metáfora es básica la idea de que se cambian unos zapatos por otros, desechando cualquier opción que pase por empezar a ir descalzo o con sandalias o con esparteñas o con cualquier otra cosa.


Cuando hayan llevado a cabo todos los cambios que consideren necesarios, harán que la crisis desaparezca, de la misma forma que la hicieron aparecer. ¿Y cómo serán los nuevos zapatos? Pues serán unos zapatos con unos derechos laborales mínimos, que habrán viajado un siglo al pasado, con pensiones de miseria y, esta es la idea central, con la Sanidad y la Educación convertidas en nuevos negocios florecientes para los mismos de siempre. Cada vez queda menos por exprimir, nuevos filones de dinero, y la Educación y la Sanidad son dos de ellos. Privatizarlas es convertirlas en negocio, en fuentes de dinero, dinero, dinero para la Dominación.

Esto es lo que sucede, a menos que les cortemos los pies. Entonces, no les servirá de nada tener zapatos, viejos o nuevos, porque no tendrán dónde ponérselos.

7 comentarios:

Félix dijo...

Lo bueno es que los zapatos los hacemos nosotros y los compramos nosotros. ¿La Dominación qué hace?=robar nuestro trabajo e ingenio. Pero eso ya lo escribió Marx, y también cómo acabar con esa especulación. La solución está en nuestras manos, porque somos el poder. Ahora falta no creerlo, sino ejercerlo sin contemplaciones.

Raquel dijo...

Desde hace bastante tiempo a mí también me ha quedado clara la teoría del "reset" económico y social de todo este tinglado, sabiendo que dicho conocimiento no es opuesto a la rebelión. Genial tu artículo, como siempre. Gracias.

Enrique Laso dijo...

Hermano, como siempre te muestro mi concordancia discrepante ;)

De un tiempo a esta parte, me imagino que por hartazgo (bastante comprensible) tus post destilan una violencia semejante a la de los "mercados"; por ese lado, si se trata de igualar fuerzas, pase...

Pero debo advertir dos temas: las revoluciones violentas no suelen conducir a algo mejor (y muchos menos en este país, donde han supuesto un paso adelante y dos atrás); pedagogía: una cosa es que intenten responsabilizar al 100% al ciudadano de a píe de la crisis y otra bien diferente que no tengamos parte de la culpa. Si bien es cierto que la responsabilidad es escalable, y que si el común de los españoles, aborregado como nunca, no reacciona las cosas irán a peor, no lo es menos que esta crisis encuentra sus cimientos en nosotros mismos: nuestros votos permisivos, nuestro endeudamiento excesivo (privado), nuestros fastos paletos, nuestros chorizos consentidos, etc, etc, etc...

En definitiva, desconfío casi lo mismo del ciudadano de a píe que del millonetis de turno que juega a la ruleta con nuestra deuda. Son una misma cosa: personas. Los males de esta sociedad son un reflejo de lo que somos, nada más. De lo que hemos permitido. La barbarie sería una muestra más de la derrota del intelecto.

Lo malo es que posiblemente no haya en este planeta, ni ahora ni nunca, futuro para la inteligencia...

Félix dijo...

Contestación a Enrique.
¿Cómo se puede ignorar que la renta del trabajo, según datos de la OCDE -nada sospechosa- apunta que la renta de trabajo está prácticamente congelada en las últimas dos décadas, mientras que las de capital se han disparado?. Otra cosa que la riqueza creada sea inmaterial, especulativa, un bucle aparentemente infinito.
¿Sabías que desde 2001, con la entrada del euro, según datos datos del Instituto Nacional de Estadística, los salarios subieron solo un 14% en esa década, los precios en general se dispararon: la alimentación, un 48%; la vivienda, un 66%, y el transporte entre un 45% y un 58%?
Deberías saber que las rentas del capital (plusvalías obtenidas especulando en bolsa, intereses, dividendos,…) tributan al 18%, mienras que las rentas del trabajo (sueldo obtenido trabajando) tributan del 24 al 43%, según ingresos. Y qué decir de las grandes fortunas que tributan al 1% mediante el instrumento de las SICAV.
No hay que ser muy inteligente, yo desde luego no osaría nunca a tener ese virtud en exclusiva y hacer proselitismo, es más creo disfruto más cuando me llega de otros, para leer en las históricas batallas bélicas el antecedente de la especulación capitalista -lee a Hans Magnus Enzensberger la relación Mafia y Capitalismo. Equiparar a los oficiales con la tropa no puede ser otra cosa que un enorme ejercicio de cinismo.
Por cierto, con la violencia se acabó con el nazismo, con violencia se arrancaron los derechos humanos y laborales, con violencia y cárcel llegaron las mujeres a poder tener derecho al voto. Los derechos no se piden, se cogen porque son nuestros. Administrarlo es nuestra responsabilidad individual y colectiva, pero en la historia humano desde luego hay colores y no sólo grises como cortina para diluir responsabilidades
Para finalizar, uno poco más de historia

Enrique Laso dijo...

Interesante Félix...

Gracias por debatir, en buen tono y con argumentos. Eso sí, me respondes como si fuera un defensor del capitalismo (¡?), y por ahí vas muy desencaminado.

Pero, ciertamente, no conozco tu nivel de conocimiento de la Historia, pero los ejemplos que pones poco me sirven.

Los primeros, respeto por ejemplo a la presión fiscal, resultan casi ridículos: en esa década las rentas del capital mantuvieron la presión fiscal mientras las del trabajo se reducían diez puntos de media (especialmente a las rentas más altas). Y el disparatado crecimiento de los precios no podría ser explicado sin un consumismo loco y desbocado de la sociedad española (contempla las gráficas de endeudamiento familiar a lo largo de esa misma década).

La inteligencia no me la arrogo en exclusiva, pero un alto cociente intelectual sí que lo restrinjo a un porcentaje minúsculo de la población. Pero no es un problema de ahora, es un problema histórico. Sólo un ejemplo: después de 35.000 años de desarrollo intelectual el 92% de la población mundial sigue creyendo en diversas deidades... En fin.

Respecto al uso de la violencia, me conoces poco. No soy un defensor a ultranza del pacifismo (de hecho, he tramitado una petición recientemente para intervenir en Siria, por poner un ejemplo). Lo advierto es que las revoluciones violentas no han conducido generalmente a nada bueno, ESPECIALMENTE EN NUESTRO PAÍS (ya que me recomiendas repasar la Historia).

Los ejemplos que pones están muy mal fundamentados: con el nazismo (que, por cierto, sí que fue una revolución violenta) se acabó gracias una guerra, que respondía (tarde: pasividad del Reino Unido y Francia) a una agresión brutal a varios estados. Y los derechos de los que hablas no se lograron de forma violenta, al contrario casi se malogra su consecución, sino con argumentos y con el esfuerzo intelectual de ciertas personas que canalizaron el sentir de miles de otras. Lo único que admito es que en determinadas circunstancias las revoluciones han sido un catalizardor, pero el cambio no ha llegado de forma violenta (al contrario, ha generado nueva violencia) sino con propuestas, reformas y encauzamiento del sentir ciudadano de una forma inteligente.

Por último, la violencia (incluso en los casos extremos en los que yo mismo la defiendo) es una demostración palpable de nuestra brutalidad y escasez de recursos intelectuales.

Un saludo ;)

Félix dijo...

Hola Enrique
Segurié con mis argumentos ridículos y mal fundamentados.
Bien dices que el consumismo se disparó con al entrada del euro, como consecuencia, como apuntas, entre otros factores a la rebaja de la presión fiscal de las rentas de trabajo, pero se mantuvo la presión a la del capital. La consecuencia es una mayor disponibilidad de dinero que se traduce en más gasto,consumo y endeudamiento. Sin embargo, los grandes beneficiarios de ese desafuero al vender más mercancía fue precisamene el capital, al que casualmente no se le toca la presión fiscal, que en un Estado social de verdad debería apuntar a recaudar más aunque sea para hacer mejores infraestructuras para mover mejor las mercancias a vender, por poner un gasto productivo inmediato, ya no digo social como Educación o Sanidad. Pero la consigna fue y sigue siendo "forrarse sin contemplaciones". En paralelo, el Banco Central Europeo en 2003, nada más tomar posesión como presidente Jean-Claude Trichet (acusado a principios de los 90 por falsificar la contabilidad del Crédit Lyonnais, pero fue absuelto)bajó el interés a los bancos privados al 2%, que desde luego no lo dieron a los clientes así de barato. Se abre una riada de créditos que los bancos y sucursales se lo dan a cualquiera que lo pida, a sabiendas de que no tienen recursos para devolverlos, pero los incentivos a directivos y empleados pueden con la prudencia ecomica y la ética, es decir fueron también muy irresponsables, más porque ellos abrian o cerraban el grifo. También es verdad que para el capitalismo la única ética es ganar por encima de todo (eso también es una deidad), incluso esquilmando los recursos y el futuro de la humanidad.
En resumen, es como si a los alcohólicos les abaratas el coste de las bebidas, mediante presíón publicitaria, incentivos de bienestar inmediato..., te forras con su adicción, porque además a más ingresos no te incrementan los impuestos. Pero cuando ves que se están arruinando por el "vicio" y su deuda no parece no tener fin, es decir, te puedes arruinar -vamos que se presenta el momento de asumir cierta responsabilidad-, lo que dices es que la bancarrota, generada por las dos partes, la paguen los "viciosos" porque son tontos y no se han dado cuenta de donde se han metido. Es decir, Mafía por querer aplicar una reglas que ella no cumple.
En paralelo, se aprovecha que el personal está con la soga al cuello para ir serrando la silla sobre la que está apoyando en mal equilibrio, recortando derechos de todo tipo. Conclusión: tenemos cogido al personal en lo económico y en lo social. Final de la jugada: Gana la banca.
Mi esperanza es que el sistema, creo, se está suiciando, pues las deidas no sólo son religiosas, sino filosóficos, ideológicas, éticas, estéticas,... siempre despreciando a los demás porque no son como nocotros.
La bendición del hombre, una de ellas, es que se puede poner en lugar de los otros. De lo contrario, ya sabemos en lo que nos convertimos.

En cuanto a la violencia, ¿apoyamos unas revoluciones y otras no? En el caso de Siria se trata del enfrentamiento entre sunitas (Arabia Saudí y Al Qaeda) y chiítas (alauies sirios e Irán), vamos todos regímenes muy democráticos. La Liga Árabe apoyó la intervención en los países de dictadores laicos (Libia, Túnez, Egipto...), pero aplastó las ocurridas en las monarquías corruptas, por cierto apoyadas pore EE.UU. la Unión Europea, amigo de los monarcas españoles, vamos a construir un AVE en el desierto con mano de obra semiesclava de países como Pakistán, Indonesia y Bangladesh, vamos la moral del dinero.
De todos modos, creer que la historia ha avanzado gracias al consenso y la reformas sin más, que en todos estos procesos de avance humano alguién o pueblos entreos no estallasen ante una violencia estructural es como decir que en el amor no hay dolor, celos, desencuentros para acaber con mucha felicidad, más valorada cuando se tiene memoria de lo que ha costado.

Enrique Laso dijo...

Félix, al final estamos más cerca de lo que parece ;)))

En este segundo bloque argumental estamos 100% de acuerdo.

Yo claro que detesto a banqueros, políticos y demás bandarras; pero con lo que no puedo es con el discurso de que ELLOS son los únicos culpables. Es tan estúpido como el que hacen de que el CIUDADANO es el único culpable (y, sobre todo, como bien apuntas, el que está cargando con gran parte de las consecuencias).
Si el ciudadano medio no asume que con su comportamiento irresponsable y estúpido (no sólo endeudándose y consumiendo como un cosaco, sino admitiendo por acción y/u omisión políticos nefastos, chorizos, etc...) ha sido parte de la fiesta, mal vamos... Escucho a demasiada gente de izquierdas (yo soy de izquierdas) que no asume ninguna responsabilidad y que sólo quiere "quemar" el sistema. Mal, mal...

El sistema requiere una profunda reforma, pero sin un análisis acertado de las causas que han provocado la catástrofe se repetirá de forma irremisible (de hecho, se viene repitiendo de manera sucesiva cada dos décadas como mucho desde hace siglos; de ahí que confíe tan poco en el ser humano como masa y en su capacidad intelectual de conjunto).

En fin, yo me rendí hace mucho tiempo y estas reflexiones son puro "entretenimiento". Espero que los que están por venir mejoren la situación (casi seguro, de facto no hemos hecho otra cosa que mejorar, aunque sea muy lentamente); aunque desde luego no espero un cambio sustancial. Las personas somos como somos: egoístas, torpes, olvidadizas, maleducadas, sin educación financiera, etc, etc...

Saludos!