Cada miércoles un cuento en El Estafador

miércoles, 16 de febrero de 2011

La maldición del vendedor de discos



A principios de años, entré a una tienda de discos. El vendedor estaba colocando unas botas feísimas en una estantería, también venden ropa (o algo así). Le pregunté si tenían en vinilo los discos de The Drums y de The Best Coast. Me miró con aire altivo y me dijo que en su tienda solo tenían música rock y algo de Jazz. Tenemos a los Ramones y a John Coltrane. Lo curioso del tema es que no sabía quiénes eran los grupos que le había dicho. Me altera bastante el rollo clasista de algunos rockeros. Van de tipos duros, como si lo fueran de verdad y como si el resto no. A ver, listo, los Ramones suenan como un grupo de chicas y John Coltrane (ver foto arriba) no se pondría la ropa que se vende en tu tienda ni muerto. Reconozco que yo sufro cierta actitud snob contra lo mainstream (vaya frasecita) pero escucho música de aquí y de allá, sin grandes prejuicios.

Después de eso se ofreció a ver si me los podía pedir. Le dije que no hacía falta, que ya los pedía yo a una tienda de Brooklyn que vende por correo. Vale, dijo, eso está bien hasta que te pillan los de Correos. ¿Los de Correos? pregunté. Si descubren que son discos, te cobran los impuestos, como si pasaras por una aduana. Bah, respondí, eso nunca me ha pasado.

A los pocos días, hice mi pedido a la tienda de Brooklyn. Un pedido así me puede llevar semanas. Ahorro un par de meses para pedir varios discos a la vez y que los agstos de envío se noten menos. Y hago la lista de lo que voy a pedir una y mil veces. Me entretengo mucho. Esa vez, los gastos de envío fueron más de lo habitual pero, al menos, había un 15% de descuento por año nuevo.

A los tres días, me llamó un repartidor de UPS para ver si estaba en casa. Claro, le dije, aquí estaré. Me relamí de gusto y pensé en el vendedor de discos. Sonó el timbre. Fui a abrir y al otro lado de la puerta había un repartidor que se diría llegado del mismísimo Brooklyn. Me dio el paquete de discos y me dijo que eran 28 euros. ¿Cómo 28 euros, si pagué por adelantado? Ya, me dijo, pero son discos y se cobran los impuestos más el IVA sobre los impuestos. Pero, pero, balbuceé, este es el cuarto o quinto pedido que hago y nunca me había pasado esto. Ya, pero si no me da los 28 euros no le puedo entregar el paquete. Así que pagué.

Por suerte, la música consuela de todo. Entre los discos del paquete se encontraba esta delicia:



¿Impuestos? ¿IVA? Qué más da.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sangre,sudor y lagrimas en el siglo XXI hay que añadir +IVA

Avelina García Colmenero dijo...

Salud amadecasa. Enhorabuena por tu blog. Por tu gusto musical también, ¿Te pasa lo mismo con los libros? Digo que te cobren el IVA allende los mares...Los vendedores de discos saben más de lo que parece...

elhombreamadecasa dijo...

Anónimo, el gusto por pagar impuestos es directamente proporcional al buen uso que los gobernantes hagas de ese dinero. Qué seriedad.

Gracia, de momento no he comprado libros allende los mares, así que no sabría decirte.

eduardoritos dijo...

Los vendedores de discos son gente maligna, está claro.

Normalmente no me gusta ninguna de las músicas que pones.
No en este caso. Además, música grabada en vivo, sencilla y bonita.

elhombreamadecasa dijo...

Eduardoritos, el disco de Mavis Staples con Jeff Tweedy es muy chulo. Tiene un par de gospel que te dan ganas de creer en dios y salir a la calle gritando que la vida es bella. Yo me los pongo para limpiar la casa.