Cada miércoles un cuento en El Estafador

martes, 14 de julio de 2009

Esta vez sí (crónica deslabazada de un concierto)


Me pasé todo el jueves (el día D) con los dedos de manos y piés cruzados. No sabía que fuera capaz de hacer tantas cosas en esa incomodísima situación. Y es que no basta con tenerlo todo arreglado para ir a un concierto, la suerte debe estar de tu parte o no hay nada que hacer.

A la hora acordada, llegaron mi madre y mi hermana. Darío y Juan realizaron su ritual de bienvenida, algo así como la danza intimidatoria de los All Blacks. Duchaditos y vestidos para la ocasión, Mercedes y yo partimos rumbo a Cartagena a ver a Marianne Faithfull.

Como no se puede escuchar al artista que uno va a ver antes del concierto, nos pusimos un recopilatorio de los primeros Rolling Stones, amiguísimos de Faithfull por aquel entonces.

Cartagena está a unos 50 km de Murcia pero habré ido dos o tres veces en mi vida. Me conozco mucho mejor Albacete, Madrid o Gijón. Qué cosas. Por suerte, existe Google Maps y ya no hay quien se pierda como antes, a pesar de que en Cartagena no se han molestado en poner las placas con los nombres de las calles.

Al llegar al sitio, le dije a Mercedes que sacara las entradas. ¿Las entradas? Momento de desconcierto. Pero si las llevabas tú. ¿Yo? Te dije que las cogieras antes de salir. A mí no me has dicho nada. No me lo puedo creer, nos hemos dejado las entradas... ¿A que os lo habéis creído? Era mentira. Claro que teníamos las entradas. Ay, cómo nos íbamos a ir sin las entradas.

El concierto era en un lugar que se llama Parque de artillería y, claro, al entrar te encuentras con varios tanques y cañones que dan muy mal rollo. Mal sitio para un concierto.

Con puntualidad británica, al fin y al cabo lo eran, salieron los músicos al escenario. Así debería ser siempre.

Un momento antes, una elegante voz en off presentó a Marianne Faithfull. Me había hartado de escuchar esa mañana a varios locutores de radio hablar de esa actuación diciendo que la cantante tenía la voz rota. Es una expresión muy socorrida que se usa en exceso y que creo que no venía al caso. La presentadora en off habló de una voz tatuada por el tiempo. Más bonito pero no mucho más acertado. Yo voy a arriesgar: La voz de Marianne Faithfull es una voz bellamente nasal.

Con los músicos ya en marcha, salió Faithfull al escenario. Fue un momento emocionantísimo. De ella brotaban una serie de ondas músico-magnéticas que invadieron todo el recinto y que nos hicieron estremecer. Se notaba que ante nosotros se presentaba toda una diva. Y a mí me encantan las divas.

Cuando las emociones desbocadas del principio me dejaron pensar algo, pensé que unas gafas por muy de pasta que sean y por muy molonas no te aseguran ver bien. Y aunque sea en las distancias cortas donde un hombre se la juega, no está de más ver bien en las largas. Después de un rato de intentarlo, conseguí enfocar y verla bien. Entonces pensé que se parecía lo justo a la que salía fotografiada en el disco que me compré. Y tuve un tercer pensamiento: El Photoshop ha hecho mucho daño a la belleza femenina.

Cantó una canción que no conocía que me pareció tremenda:





(La versión en directo que hicieron era mucho mejor, con un bajo que se te iba la cabeza.)

El concierto fue realmente bueno. La banda eran siete músicos que hicieron un despliegue de instrumentos apabullante. Creo que solo les faltó por tocar un sitar. Uno de ellos estaba especializado en mini instrumentos: tocaba el violín (que de suyo es pequeño), una mini guitarra acústica y una mini guitarra eléctrica con su mini ampli y todo.

No pienso volver a ir a un concierto con Mercedes: comparó A Faithfull con Tita Cervera.

Cada vez me incomoda más mi inglés torpe de COU. De vez en cuando, Faithfull hablaba con el público. Yo no me enteraba de nada y odiaba a muerte a los listillos que sí la entendían y le respondían alguna gracia en voz alta.

Al final acabamos todos de pie sabiendo que habíamos visto a una gran artista.

Y, sí, cantó As Tears Go By:



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es evidente que el tiempo ha hecho algo con su voz, no sé si tatuarla, romperla o más bien volverla áspera y no hablaremos de su aspecto angelical y su candidez de los primeros años... será eso la madurez.

elhombreamadecasa dijo...

Algo habrá hecho el tiempo en su voz pero hace treinta años ya cantaba más o menos así.

Desde luego ya no tiene aspecto angelical pero sigue siendo una mujer hermosísima.