Cada miércoles un cuento en El Estafador

domingo, 5 de julio de 2009

Bestiario del hombre ama de casa: El cuervo


En Espinardo, lugar donde habita elhombreamadecasa, no hay cuervos. Palomas, gorriones, alguna que otra golondrina pero cuervos no. A pesar de ello, elhombreamadecasa tiene, últimamente, una continua relación con ellos. Más en concreto, con los de Tokio.

Todo empezó con la novela Out, de la escritora Natsuo Kirino. En esta novela, una especie de Mujeres desesperadas a lo bestia, los cuervos juegan un papel muy interesante. Por lo visto, en la capital japonesa los hay a millares y se dedican a picotear la basura. Razón por la cual, no es aconsejable tirar a la papelera los restos de un cadáver descuartizado. Los cuervos picotearán la bolsa negra en busca de carne fresca, un vecino curioso verá algo sospechoso, avisará a la policía y la cosa se liará hasta extremos inimaginables. Una buena novela, aunque con un final algo desquiciado.

Después vino After Dark, de Haruki Murakami, un autor que tiene subyugado al hombreamadecasa. Después de leer la reseña en Rockdelux de Kafka en la orilla, al hombreamadecasa le entraron unas ganas locas de leer Tokio Blues, cosas que pasan. Y se desató el romance. Murakami es un autor calificado muy a menudo como Pop. Para esto es necesario, al menos, (1) que salgan canciones en tus novelas, no necesariamente pop; (2) decir las marcas de las cosas que usan o visten los protagonistas y (3) escribir sobre la adolescencia, en un sentido laxo del término (lo que permite que un tipo de más de treinta años lo sea). El caso en que en After Dark también se habla de los cuervos de Tokio.

Por último, también salen muchos cuervos en Tekkon Kinkreet, un cómic de Matsumoto Taiyou (ver dibujo arriba del todo). La historia transcurre, también, en Tokio. Aparentemente, es la época actual pero todo es extrañamente futurista. La gente es normal pero los dos niños protagonistas pueden volar, de vez en cuando. Al hombreamadecasa le encantan las historias que son futuristas y no, con personajes con superpoderes y no, realistas y no. En este caso, los cuervos no son protagonistas, no intervienen en la historia, pero Taiyou los dibujo continuamente.

Y ahora un final que contradice el principio. El sábado por la tarde, a pesar de que a las ocho todavía rondaba el termómetro los cuarenta grados centígrados, elhombreamadecasa tuvo que llevar a su hijo pequeño al columpio del parque (en post posteriores se volverá sobre este asunto). Estando allí, un graznido les llamó la atención. Entonces vieron a un chaval que miraba a un árbol. Hizo un gesto y un cuervo, sí un cuervo, salió volando desde una rama y se posó en su brazo extendido. El chico y el pájaro se marcharon mientras bailaban una curiosa danza de lanzamientos, revoloteos y braceos. Elhombreamadecasa quedó tan desconcertado que se despistó y su hijo y el columpio se estamparon contra él.

Minutos musicales para la despedida (me encanta este grupo):

Próxima entrega: El gato (y III). Fin de temporada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡qué desilusión¡ Pensaba que el hombreamadecasa recogía objetos brillantes.

Anónimo dijo...

Perdón, me he confundido con la hurraca

elhombreamadecasa dijo...

Soy más de cosas mates que de cosas brillantes, la verdad.

Alberto García dijo...

¿De quien es ese dibujo del cuervo oteando la ciudad? ¡Me encanta!

Lo de Juan pregunta es genial también, ¡te lo voy a copiar!

elhombreamadecasa dijo...

El dibujo es de Matsumoto Taiyou, del cómic Kinkreet, publicado por Glénat. Mira que morro: te dejo que copies lo de Juan pregunta a cambio de un dibujo.