Desde mi punto de vista, la lectura conduce al inconformismo. Lees "Los girasoles ciegos" y no puedes evitar mirar con recelo a los herederos de los vencedores y piensas: todavía no se ha hecho justicia. Lees "Noches blancas" y recuerdas los amores perdidos y sientes una añoranza inacabable que borra cualquier atisbo de felicidad presente. Lees "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" (a.k.a. "Blade runner") y te dan ganas de revelarte contra un futuro plástico y asfixiante. Lees "Moby Dick" y una fuerza oscura te impele a dejarlo todo y hacerte a la mar con un arpón en una mano y un kilo de biodraminas en la otra (es que me mareo).

Uno lee y se vuelve inconformista. Porque se conocen verdades ocultas, se atisban mundos mejores, se revoluciona la cabeza que para eso está llena de circunvoluciones. Supongo que esa es la razón por la que los temorosos del cambio mandaban quemar los libros. Por cierto que antes se quemaban en hogueras, hoy basta con ignorarlos enterrándolos entre montones de libros mediáticos y demás basura. Supongo que por eso también los quemaba Carvalho, el alter ego de Vázquez Montalbán, porque el inconformismo suele acabar en una melancolía inevitable. Uno se rebela contra lo que tiene y lo que es, aspiras a ser mejor, a cambiar tu mundo y el de los demás... pero pasan los años, te cansas de ser vapuleado por los molinos de viento, gigantes o lo que sean y de perseguir a una Dulcinea inexistente. Nada cambia y si cambia es poco y ese poco es tan insuficiente que podría ser declarado despreciable y como nada cambia, se despierta en tu interior una gran aversión por los sueños que antes tuvistes y maldices el día en que pensaste hacer la revolución o ser un escritor famoso y etcétera.
No hace mucho, conversaba con un amigo músico. Nos quejábamos amargamente de lo difícil que es llegar a algo en esto de la creación y el arte. Ambos estábamos conformes en que casi lo peor era el run run continuo en la cabeza de miles de proyectos e ideas agolpándose en la imaginación sabiendo que no llegarían a nada y si llegaban no pasarían de ser un simple archivo en el disco duro de nuestro ordenador. Una amiga, me dijo el músico, se toma unas pastillas de homeoterapia que le van de maravilla, dice que desde que las toma casi no se le ocurren ideas y está de lo más relajada. Me tienes que decir cómo se llama esa medicina, concluí.

Ah, pero lector una vez lector toda la vida. Me llamo Federico Montalbán López y soy lector. Estuve cuatro meses y siete días sin leer pero he recaído. De eso hace dos semanas y ya habré leído ocho o nueve libros. Le robo tiempo al sueño y a mis hijos, tengo la casa hecha unos zorros, han regresado los insomnios, mi cabeza ha vuelto a ser invadida por ideas peregrinas que nunca llegarán a concretarse, el vacío en mi interior vuelve a crecer... pero no puedo evitarlo. Ayer me terminé "Firmin", hoy los "Girasoles ciegos" y mañana iré a la biblioteca de mi pueblo a sacar "El juguete rabioso" de Arlt y algo de Asimov.
4 comentarios:
Jajaja, me siento identificado con tu problema. Yo no pude con "El Quijote" ni con "Ulises" ni con "La montaña mágica" pero adoro las novelas, no puedo vivir sin leer, y aunque me encanta Internet y la posibilidad de leer blogs, aprender cosas, curiosear, a veces, también lo odio porque me engancha como la tele y me impide continuar con mis libros. Lo peor que me podría pasar aparte de tener una enfermedad mental sería la ceguera en mi ociosa jubilación que yo imagino pasar leyendo y viajando, he leido ¿cientos? de libros pero nunca es bastante, ¿comprar? Cuando empecé a trabajar, compré y compré compulsivamente, casi siempre de bolsillo porque son más pequeños y así caben más, ahora trato de refrenarme, eso sí, todo lo que compro, lo leo o al menos lo intento varias veces, ahora pido prestado, regalo (¿Por qué a mis amigos/familiares les ha costado años aún conociéndome de que el mejor regalo que me pueden hacer es un libro?La gente compra libros en Navidad para no marearse y se extrañan cuando yo los pido con ilusión) o sigo comprando, pero echo de menos la biblioteca cuando ir a ella para estudiar era algo cuanto menos imposible pues era inevitable que acabara curioseando entre las estanterías. Sin los libros, no seríamos como somos, sin ellos, yo no podría vivir un poquito diferente. No hay nada que los iguale, ni una canción ni una película, ni un espectáculo, ni siquiera el sexo, el acercamiento a una novela es algo tan íntimo, tan personal que cada uno lo vive de un modo diferente. Y te llena, como nada te puede llenar. Y te amplia las miras como nada te las puede ampliar. Sueños, esperanzas, sabiduría, melancolía, miedo, amor, tristeza...quién no ha llorado junto a un libro o ha estado obsesionado con su trama durante días hasta llegar al final no me entendería, pero creo que tú sí. Y encima tú tienes más suerte, eres escritor, yo nunca me he atrevido a pesar de ser un sueño para mí. Me aterra demasiado. Bueno, nada más, muchas gracias por tu entrada. Y adelante.
PD: Me ha hecho mucha gracia lo del 33%.
Prefiero el inconformismo, los sueños, las ideas...Me paso las 7h de mi jornada laboral en las nubes. Mi último remedio contra la frustración es correr, sí, un rollo...hasta q se convierte en una obsesión y no puedes parar.
Q tal Firmin? Stoy en ello pero ultimamente me cuesta mucho encotrar tiempo para leer.
Le he recomendado tu blog a un amigo amo de casa, también. X lo menos hoy tienes un lector más.
Calvina me has picado la curiosidad y ahora quiero leer "Firmin" que lo acabo de buscar en google y tiene muy buena pinta, gracias, bueno, y también al amo de casa, claro.
Lo de quedarme ciego también es uno de mis temores. A mi abuelo Fernando le encantaba leer hasta que una trombosis le hizo perder mucha vista y ya no pudo hacerlo más.
Gracias por las recomendaciones.
A mi Firmin me encantó. Reconozco que al principio me costó pero luego le cogí el gusto. A veces me recordaba a Roth y otras veces a Allen. Un libro encantador.
Publicar un comentario