Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 28 de febrero de 2011

Empanadillas a la manera de Espinardo (receta)

En un comentario a la entrada anterior, Papalobo (acabo de ver que Lulu también) se mostraba interesado en saber cómo se hacen las empanadillas en Espinardo. En realidad es un secreto pero para que os acabéis enterando por ahí de boca de cualquiera, ya os lo cuento yo. Ahí va:

INGREDIENTES (4-6 personas)

  • 2 docenas de obleas para empanadillas, de las que venden ya hechas (salen buenas y no hay que andar liados con la harina y las proporciones)
  • 2 huevos
  • 1 lata de tomate frito (la de Hacendado sirve y si no, la de Hida)
  • 2 laticas de atún

La cebolla y los guisantes le dan un punto muy interesante pero suele pasar que a los humanos de pequeño tamaño no les gustan y empiezan que si quítame lo verde, que si yo no como cebolla... Así que cada cual se apañe con esto como pueda.

UTENSILIOS

  • Cazo para hervir los huevos
  • Fuente para mezclar los ingredientes
  • Tenedor para darle esa forma molona a los bordes de las empanadillas
  • Máquina de dotar vida. Ya sabéis, una de esas llenas de dinamos, bujías, botones, palancas y filamentos de toca clase. Aquí me vais a permitir que os dé algún consejo comercial. Si tenéis previsto usar esta máquina solo una vez, es mejor pedirla prestada a algún amigo que la tenga, más que nada porque son muy caras. Pero si optáis por comprar, más vale que recordéis eso de que lo barato sale caro. La mejor marca, sin discusión, es V. Frankenstein, llevan más de cien años fabricándolas y su calidad es máxima. Además, las hacen en distintos tamaños, apra todas las cocinas. Si no podéis afrontar un desembolso alto, ACME fabrica unas máquinas de dotar vida de gama media que, bueno, no dan mal resultado y la relación calidad precio es aceptable.

PREPARACIÓN

Se cuecen los huevos en un cazo con agua hirviendo. Yo siempre los dejaba 20 minutos pero desde que descubrí los huevos mollet, solo los cuezo 8 minutos.

Troceamos los huevos y los mezclamos con el atún y el tomate frito.

Extendemos las obleas en una superficie lisa. Colocamos un poco del relleno en el centro de la oblea, la cerramos en forma de media luna y apretamos los bordes con un tenedor.

Queda muy bien pintarlas con un poco de yema cruda de huevo, eso hará que tras pasar por la máquina de dotar vida, cojan un color muy apetitoso.

Por último, se colocan las empanadillas en la máquina de dotar vida. Normalmente estas máquinas suelen llevar una especie de bandeja-camilla graduable y bastante amplia. Se enchufa la máquina a una enchufe de fuerza y se activa. Se recomienda guardar las distancias porque es habitual que salten chispas.

Una vez que la máquina ha hecho su labor, las empanadillas están vivas y listas para ser comidas.

SUGERENCIA DE CONSUMO

Cuanto antes se coman las empanadillas después de pasar por la máquina de dotar vida, mejor. De esa forma se mantendrán todavía calentitas y no les daremos tiempo a que se den cuenta de que están vivas. Si pasara esto, sería un lío porque empezarían a corretear por la cocina, a suplicar que no te las comas... Puede llegar a ser muy desagradable.

Bon appetit.

jueves, 24 de febrero de 2011

miércoles, 23 de febrero de 2011

Las increíbles aventuras de Niño catódico y Niño sónico. Hoy: Entrenamiento / Una presencia oscura

-Niños, oso, dice Mercedes que salgamos al patio.

Antes de que Fede hubiera terminado la frase, Peluche diabólico había saltado del sofá, apagado tele y dvd y ya corría hacia el patio.

-Este oso es un pelota -dijo Darío.

-Es verdad -dijo Juan-, le hace demasiado caso a Mercedes.

-Es lo que nos faltaba -dijo Fede.

Una vez estuvieron todos en el patio, Mercedes habló:

-La sesión de entrenamiento de hoy será breve. De hecho, más que un entrenamiento lo que quiero es confirmar una idea. Si sale bien, ya sabremos cómo manejar una de las fuentes principales de poder del grupo.

-¿Yo soy la fuente principal de poder del grupo? -preguntó Darío.

-¡No! Soy yo -gritó Juan.

-La fuente principal de poder del grupo es la inteligencia sin par de Mercedes -dijo Peluche diabólico.

-Por favor -dijo Fede-. ¿Te has escuchado? Estás ridículo con esa voz pitufada.

Peluche Diabólico sufrió una contracción, algunas venas se le hincharon y aumentó de tamaño.

-¿A quién llamas pitufo, calvo?

Fede, en un patético intento de mantener cierta dignidad masculina, se le enfrentó:

-Si tuviera superpoderes te ibas a enterar.

-Ni con superpoderes me ibas a despeinar.

-Papá y el oso son muy divertidos -dijo Juan.

Mercedes sonrió satisfecha.

-Es justo lo que yo pensaba. Peluche diabólico incrementa su tamaño, fuerza y ferocidad cuando se siente ofendido o menospreciado. Fede, entra en casa, no queremos que Peluche diabólico vuelva a ser gigante y lo destroce todo. Muy bien, osito lindo, olvida al hombre malo. Aquí todos te queremos mucho. Y en cuanto aprendas a controlar tu poder, te querremos más.

* * *

(Puedes leer la primera aparición de Ayuda de cámara y Alcalde, aquí)

Ayuda de cámara entró al despacho de Alcalde con gesto preocupado.

-Te veo cariacontecido -dijo Alcalde que gustaba de usar expresiones extrañas.

-Sí, señor. Podríamos tener problemas con el nuevo parking que se está construyendo en Espinardo.

-Bueno, será lo de siempre, que si estamos destrozando un parque infantil, que si hemos regalado suelo público, que si fomentamos el uso del vehículo privado... Las mismas paparruchas de siempre.

-Esta vez parece haber algo más.

-¿Algo más?

-Nuestros servicios de inteligencia...

-¿Qué has dicho?

-Nuestros servivios de innteligencia.

-¿Tenemos de eso?

-Sí, señor. Usted mismo liberó una partida millonaria para financiar toda clase de "estudios", ya me entiende...

-Ah, sí, eso -en ocasiones, Alcalde tenía la sensación de que era manejado por algo que, a falta de un nombre mejor, denominaba "presencia oscura", algo que le hacía tomar decidiones de las que nunca era muy consciente -. ¿Y qué dice el servicio de inteligencia?

-Se han detectado extrañas, y potentes, emisiones de nergía cerca del futuro parking.

-¿Qué significa eso?

-Todavía están investigando pero parece que no responden a ningun patrón conocido. Además, hay ciertos testimonios que afirman haber visto por la zona a un oso de peluche gigante y a unos niños que hacen... cosas raras.

-¿Cosas raras?

-Los testimonios no han sido más específicos.

-Ya -entonces, Alcalde, volvió a sentirse poseído por la "presencia oscura"-. No quiero que se escatimen medios en averiguar lo que está pasando. Y que adelanten todos los plazos previstos de cosntrucción. Quiero ese parking construido ya mismo.

-A sus órdenes.

Ayuda de cámara salió del despacho de Alcalde con una sonrisa tan taimada como satisfecha.

martes, 22 de febrero de 2011

Fácil

He soñado que teníamos una hija. Sin embarazo previo, aparecíamos en la sala de espera de la UDO (no sé qué significan estas siglas pero es donde controlan los embarazos de riesgo y a las embarazadas cumplidas). De repente, en otro de esos cambios de escena típicos de los sueños, aparecía ya la niña. El parto había sido instantáneo y no había dolor, puntos, cordón que cortar, nada. Es más, la niña hacía caca enseguida para regocijo de todos. Porque ser padre también es alegrarse por cosas así. Todo había sido sencillo y eso nos escamaba. nos mirábamos los unos a los otros (estábamos, al menos, Mercedes, mi suegro y yo) esperando que pasara algo malo de un momento a otro. Como cuando encuentras un sitio increíble en medio de la ciudad y mientras te alejas del coche bien aparcado piensasn que fijo que era un vado pero no te has dado cuenta y va a venir la grúa a llevarse tu coche.

Me he despertado sin que ocurriera nada malo pero con la sensación de estar jugando una partida con las cartas marcadas. Marcadas por otro, claro. Nos han enseñado, y hemos asumido, que lo importante es esforzarse, que es gratificante conseguir las cosas después de trabajar intensamente, que lo fácil no tiene valor. No sé. A mí, francamente, no me importaría que, de vez en cuando, las cosas salieran bien por si mismas, sin tener que dejarnos la piel en el intento. Algo fácil, aunque fuera una vez al trimestre, no estaría nada mal.

lunes, 21 de febrero de 2011

Reeducando / Dedos chasqueantes

Reeducando



Con tanto aprender Lengua, Matemáticas y cosas por el estilo para hacerse un hombre de bien, Juan está olvidando lo importante. El sistema educativo descuida algunas cuestiones básicas de la educación de nuestros hijos, digámoslo ya. Por mi parte, asumo la culpa que me corresponda. Al menos, he podido detectar el error a tiempo. Las alarmas se encendieron cuando el Emperador fue degradado a Barón y Jabba, que ya de por sí da su asco, fue convertido en Yaga.

He decidido tomar medidas urgentes. Esta semana no haremos deberes, ya inventaré alguna excusa, y nos dedicaremos a revisar con detenimiento la trilogía original y a pasarnos de nuevo el videojuego de Star Wars de Lego.

Dedos chasqueantes



Tras todo un fin de semana de arduo entrenamiento, Darío ya sabe chasquear los dedos. Se ha ganado el derecho a llevar un parque de la Stax en el babi del cole. Ya mismo me meto a Ebay a comprarle uno.

Una canción para celebrar su nueva habilidad:




(que se vistan de traje los de la Motown)

PD: Ayer, mientras atardecía y escuchaba de fondo el incesante chasquear de dedos de Darío, me puse a planchar en el patio. Habrá quien piense que se trata de una escena bucólica. Pues debo decir que nada de eso. Resulta que conforme atardece, cambia la luz y en las camisas van apareciendo manchas sospechosas y cambios de tonalidad que le llevan a uno de susto en susto. Al final resultó ser todo cosa de la luz pero acabé necesitando una tila bien cargada.

PDII: Pepitilla y Alba pidieron mi respuesta a la antepenúltima pregunta publicada de Juan. Le respondí que a él le compramos en una vieja tienda de saldos y a Darío en una tienda ultramolona de diseño. Es que estamos aplicando un nuevo método para combatir los celos. De momento no da buenos resultados. Marta y María quieren saber qué le dije cuando me preguntó ¿Qué es una mujer? Me temo que os voy a decepcionar. Empecé por lo fácil. Una mujer es un ser humano que tiene en su genoma dos cromosomas X... Pero entonces caí en la cuenta de que una cosa es el genotipo y otra la forma en la que uno quiere vivir su fenotipo. Así que, me fui (del jardín) por las ramas: Juan, he pensado que, aunque sean las nueve de la noche, te dejo que sigas jugando a la Nintendo.

miércoles, 16 de febrero de 2011

La maldición del vendedor de discos



A principios de años, entré a una tienda de discos. El vendedor estaba colocando unas botas feísimas en una estantería, también venden ropa (o algo así). Le pregunté si tenían en vinilo los discos de The Drums y de The Best Coast. Me miró con aire altivo y me dijo que en su tienda solo tenían música rock y algo de Jazz. Tenemos a los Ramones y a John Coltrane. Lo curioso del tema es que no sabía quiénes eran los grupos que le había dicho. Me altera bastante el rollo clasista de algunos rockeros. Van de tipos duros, como si lo fueran de verdad y como si el resto no. A ver, listo, los Ramones suenan como un grupo de chicas y John Coltrane (ver foto arriba) no se pondría la ropa que se vende en tu tienda ni muerto. Reconozco que yo sufro cierta actitud snob contra lo mainstream (vaya frasecita) pero escucho música de aquí y de allá, sin grandes prejuicios.

Después de eso se ofreció a ver si me los podía pedir. Le dije que no hacía falta, que ya los pedía yo a una tienda de Brooklyn que vende por correo. Vale, dijo, eso está bien hasta que te pillan los de Correos. ¿Los de Correos? pregunté. Si descubren que son discos, te cobran los impuestos, como si pasaras por una aduana. Bah, respondí, eso nunca me ha pasado.

A los pocos días, hice mi pedido a la tienda de Brooklyn. Un pedido así me puede llevar semanas. Ahorro un par de meses para pedir varios discos a la vez y que los agstos de envío se noten menos. Y hago la lista de lo que voy a pedir una y mil veces. Me entretengo mucho. Esa vez, los gastos de envío fueron más de lo habitual pero, al menos, había un 15% de descuento por año nuevo.

A los tres días, me llamó un repartidor de UPS para ver si estaba en casa. Claro, le dije, aquí estaré. Me relamí de gusto y pensé en el vendedor de discos. Sonó el timbre. Fui a abrir y al otro lado de la puerta había un repartidor que se diría llegado del mismísimo Brooklyn. Me dio el paquete de discos y me dijo que eran 28 euros. ¿Cómo 28 euros, si pagué por adelantado? Ya, me dijo, pero son discos y se cobran los impuestos más el IVA sobre los impuestos. Pero, pero, balbuceé, este es el cuarto o quinto pedido que hago y nunca me había pasado esto. Ya, pero si no me da los 28 euros no le puedo entregar el paquete. Así que pagué.

Por suerte, la música consuela de todo. Entre los discos del paquete se encontraba esta delicia:



¿Impuestos? ¿IVA? Qué más da.

martes, 15 de febrero de 2011

La churrera trilera

Son los adjetivos los que complican las cosas. Los sustantivos van a lo suyo, no se meten con nadie y se conforman con ser, sin entrar en matices o detalles. Pero los adjetivos, ah, los adjetivos, tan puntillosos, tan impertinentes.

En Espinardo es fácil conseguir churros para desayunar una mañana de fin de semana. De hecho, relativamente cerca de casa hay cuatro puestos ambulantes. Pero lo que no es fácil es comprar churros buenos.

Hace unas semanas, descubrí un puesto nuevo. Lo veía cada mañana de sábado y domingo cuando salía a correr. Parecía limpio así que me decidí a probar. El primer intento salió mal. Fui demasiado pronto y el aceite todavía estaba frío. A la semana siguiente remoloneé un poco más en la cama y me acerqué a eso de las nueve.

Conforme iba llegando, vi que en la bandeja metálica del mostrador había un puñado de churros. Oh, no, pensé, seguro que están fríos y duros como una correa. Me los va a dar y el desayuno de hoy será un desastre. Antes de que hubiera reunido el valor suficiente para decirle que no me pusiera esos ya hechos, la muchacha me preguntó qué quería. Una docena, le dije, asumiendo mi mala suerte.

Para mi sopresa y regocijo, se puso a hacer una rueda de churros nueva. Ah, qué bien, seguí pensando, qué profesional, los secos no los vende y hace nuevos para cada cliente. Mi boca se hacía agua pensando en unos churros recióen hechos.

Terminó de hacer la rueda y ¿qué hizo entonces? Pues la colocó encima de los churros secos, la cortó con diestros tijeretazos y con unos rápidos movimientos de manos, zas zas, mezcló los churros nuevos con los viejos, cogió doce, los puso en un cucurucho de papel y me los dio. Pagué tres euros y me fui con cara de pardillo.

Después, en casa, me consolé, amargamente, porque no había mucha diferencia entre unos (casi malos) y otros (malos del todo).

lunes, 14 de febrero de 2011

Bestiario de elhombreamadecasa: El perro (de Dostoievski)

El General Ardalión Aleksándrovich Ivolguin, letra arriba letra abajo, viajaba en tren con un amigo. Para acompañar el viaje y la conversación, encendió un cigarro que fumó con gusto.

Al rato, entaron al vagón dos señoras, una de ellas con un perrillo boloñés al que no dejaba de dispensar mimos y arrumacos. No estaba prohibido fumar en el tren pero a ella parecía molestarle profundamente el humo del cigarro. Y para demostrarlo, la señora del perro no dejaba de lanzar miradas recriminatorias al general.  De pronto, se levantó, se acercó al general y, sin decir esta boca es mía, cogió el cigarro y lo lanzó por la ventana.

Lo que pasó a continuación lo cuenta el mismo general en las páginas de "El idiota": Sin decir palabra, yo, con extraordinaria cortesía, con asfixiante, por decirlo así, cortesía, voy y cojo al perrito boloñés muy delicadamente por el pescuezo y lo arrojo por la ventanilla en seguimiento del cigarro. ¡No hizo más que lanzar un chillido! El tren siguió volando...

jueves, 10 de febrero de 2011

Escritores en la cama






Nabokov


 Valle-Inclán

 Stevenson


Proust


Onetti


Paul Bowles

martes, 8 de febrero de 2011

Las increíbles aventuras de Niño catódico y Niño sónico. Hoy: Un nuevo aliado

-Venga, chicos, apagad eso, que nos vamos -dijo Mercedes.

-¡¡¡Noooo!!! Estaba a punto de pasarme la pantalla -se quejó Juan.

-¡¡¡Jooooo!!! Yo quiero ver vídeos de Pippi en Youtube -se quejó Darío.

-¡Eh! Que... -Fede, derrengado en el sofá, no supo qué decir, llevaba en paro desde comienzos de año y la molicie se había apoderado de él.

Mercedes cambió el tono:

-He-di-cho-que-nos-va-mos.

-Sí, mamá -dijeron los niños.

-Ya vooy -murmuró Fede.

-¿Nos ponemos los uniformes nuevos, mami? -preguntó Darío.

-¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! -apoyó Juan.

-No, solo vamos a dar un paseo.

Al rato de ir paseando, Fede se acercó a Mercedes y le dijo en voz baja que había notado un tono raro en eso de "solo vamos a dar un paseo".

-¿Qué tramas?

-Nada.

-Ya y por eso nos has traído al lugar en el que nos enfrentamos la última vez a Peluche Diabólico.

-Vaya, te has dado cuenta. Cada día que pasa te ganas más el puesto de subjefe.

-Mamá -dijo Juan-, por aquí vive Peluche Diabólico.

-Sí, hijo.

-¿Vamos a pelear con él?

-No, hijo.

Entonces la luz del sol desapareció y una sombra cubrió a los cuatro paseantes. Un gigantesco oso se alzaba sobre ellos.

-¿No vais a pelear conmigo? Pues es una pena porque yo sí voy a pelear con vosotros.

-¡Mierda! -gritó Fede-, es ese puto oso.

-¡Mamá! -dijo Darío-, papá ha dicho  "mierda".

-Y "puto" -añadió Juan.

-Vuestro padre es un malhablado, no hagáis como él. Fede, ¿podrías mantener la calma solo por un minuto? Deja de corretear de un lado a otro.

-¿Pruebo lo de los rayos láser, mami?

-No, no, déjame a mí que le maree con las interferencias catódicas.

-Mujer, esta vez tus hijos no podrán salvarte. Ni ese marido calvo que tienes. Te has metido en la boca del lobo tú solita. O, mejor dicho: en la boca del oso. ¡¡Ja, ja, ja!!

-Las risas malvadas le salen muy mal -dijo Darío.

-Y que lo digas -dijo Juan.

-Me saldrán mal pero os voy a comer.

-No harás nada -le djo Mercedes a Peluche Diabólico.

-Aparta mujer, voy a devorar a tus hijos.

-He venido a hacerte una oferta -siguió Mercedes-. Quiero que te unas a nosotros.

-¡¿Qué?! ¡¿Te has vuelto loca?!

-Fede, cállate.

-¿Peluche va a ser nuestra mascota? -preguntó Juan.

-Guay -se alegró Darío.

El oso había estado unos segundos en silencio, calibrando las palabras de la mujer. Una parte quería creer en la sinceridad de la oferta. Pero la otra estaba convencida de que era una trampa.

-No me engañarás, mujer -dijo finalmente-. No me dejaré traicionar de nuevo por unos sucios humanos. Y basta de cháchara.

Peluche Diabólico dejó de hablar y se abalanzó sobre los niños.

-¡Niño sónico, rayos de luz sólida, Niño catódico, imágenes de niebla! - gritó Fede.

-¡La jefa soy yo! -recordó Mercedes-. Niños nada de eso. Juan dile algo bonito al oso.

-Pero, mamá...

-¡Hazlo!

-Vale, vale- Peluche Diabólico... me.... me gustan mucho tus mofletes.

Al oir eso, Peluche Diabólico se quedó paralizado en mitad del salto.

-¿Pero qué haces? -susurró Fede-. Así fue como le vencimos la última vez. Habrá aprendido la lección. No funcionará.

-Creo que lo sobreestimas. Es un peluche y los peluches están hechos para recibir amor. He pensado mucho en ello. Además, no quiero vencerle. Funcionará. Darío -gritó Mercedes-, te toca.

-Peluche diabólico... me... me gustan mucho tus mofletes.

-Dile otra cosa.

-Pero es que Juan le ha dicho eso.

-¡Darío me ha copiado!

-Dile otra cosa antes de que se enfade de nuevo, cariño.

-Peluche Diabólico eres... eres... eres un cariño.

-¿Un cariño?

Peluche Diabólico hizo "plop" y con un ligero estallido se redujo de tamaño.

-¿Qué es esto? ¿Qué me está pasando?

-Juan, te toca.

-Peluche Diabólico eres el peluche más molón que conozco.

-Ahora yo, ahora yo -dijo Darío-. Peluche Diabólico eres el peluche más molón que conozco.

-¡Mamaaá! Darío ha dicho lo mismo que yo.

-No importa, seguid diciendo cosas. Y tú, Fede, sigue así, callado y quieto, no lo vayas a estropear.

Después de una buena sesión de piropos y alabanzas, Peluche Diabólico se había reducido de altura, las garras habían desaparecido, los colmillos eran dos agradables trozos de algodón y los ojos ya no estaban inyectados en sangre.

-Y ahora el toque final -dijo Mercedes-. Darío, Juan, acercaos a Peluche Diabólico y dadle un achuchón.

Los niños obedecieron y la bestia acabó su transformación. Volvía a ser un agradable y cariñoso peluche de treinta centímetros de alto y tacto algodonoso.

-Venga -dijo Mercedes-, vamos a casa.

-Yo lo llevo -dijo Juan.

-No, yo -dijo Darío.

-Un ratito cada uno -dijo Peluche Diabólico con voz pitufada.

-Buena idea -confirmó Mercedes- un rato cada uno.

Fede volvió a hablar con Mercedes en voz baja.

-¿Esto es lo que tramabas?

-Creo que no sabes por dónde van los tiros.

-Claro que lo sé.

-No, no lo sabes.

-Pues dímelo.

-Si vamos a ser un grupo proactivo, necesitamos fuerza bruta y eso es lo que nos proporcionará Peluche Diabólico.

-Me das miedo -dijo Fede.


* * *

Antes de llegar a casa, descubrieron a un grupo de operarios rodeando de vallas el parque en el que siempre jugaban Juan y Darío.

-¿Qué hacen esos hombres, mamá?

-No lo sé -dijo Mercedes-. Pero lo averiguaremos.

sábado, 5 de febrero de 2011

Pastillero

La otra noche estábamos en la cama y a Mercedes le dolía la cabeza. Me pidió que le trajera un paracetamol y yo, solícito y gentil, dejé de leer y salí de la cama. Antes de que me inundéis de piropos debo aclarar que no suelo ser tan amable. Lo que pasa es que me acababa de regalar el nuevo libro de Murakami y no podía negarme a traerle una pastilla a la cama.

Fui al cajón donde guardamos las medicinas y cogí una pastilla de 650 mg de paracetamol. Después fui a la cocina y llené un vaso de agua. Tenía una pastilla en la mano derecha y un vaso de agua en la izquierda. Mi cerebro no necesitaba más información para actuar. Así que, plas, me tomé la pastilla y me fui a la cama. Tan tranquilo.

¿Qué haces? dijo Mercedes. Acostarme, ¿no lo ves? ¿Y mi pastilla? Entonces me di cuenta de lo que acababa de hacer.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Los cuentos de la plaza

Ya han publicado, aquí, los cuentos que nos inventamos en el taller que di en diciembre en mi barrio. Los títulos:

- El Señor Gris y la plaza de colores.

- El salto más grande del mundo.

- La plaza rodeada de mar.

- La placita de chocolate.

martes, 1 de febrero de 2011

Bestiario de elhombreamadecasa: El ¿gallo?

Los defensores de la familia tradicional en realidad no son defensores de nada. Lo que son es gente a la que le gusta atacar a los demás pero van de defensores porque suena mejor. Uno de sus argumentos favoritos es la naturaleza. Lo que hacen esos dos hombres es horrendo y va contra natura. Este argumento es tan endeble que cae por su propio peso pero elhombreamadecasa quiere añadir un ejemplo que acabará con él definitivamente. En la naturaleza no todo es lo que parece y las identidades sexuales son tan complejas como en el mundo humano. Veamos el ejemplo.

A continuación se muestra una foto:




¿Parece un gallo, verdad? Es lo que tiene el dimorfismo sexual. Confirmémoslo con una foto de perfil.



Sí, es un gallo... a simple vista. Pero démosle voz a este animal y dejemos que nos diga qué se siente, qué es:






Después de cacarear como un gallo nos abre el corazón y confiesa que la Naturaleza le hizo macho pero él se siente gallina. Pues eso es todo. A ver ahora quién es el listo que va diciedo qué es y qué no es contra natura.