Cada miércoles un cuento en El Estafador

viernes, 2 de septiembre de 2011

Inquietudes librescas / Hombre-mujer

Pues me estoy leyendo "Tierra y Libertad. Cien años de anarquismo en España". Está coordinadora por Julián Casanova y editado por Crítica. Me lo regalaron justo el día en que me terminé "Las aventuras de Vania el forzudo" (ver post anterior). Empecé a (h)ojearlo por encima y cuando me di cuenta iba ya por la página cien. Resulta muy interesante y la lectura bastante amena.




Ayer por la tarde leí: [ha llegado el momento] De cambiar las inquietudes librescas por la acción. Era parte de un discurso ofrecido en un mitín de la CNT allá por 1930. Me pareció buena idea. Hice caso al consejo, cerré el libro y me fui a la Asamblea de barrio del 15M. Todos los jueves a las 20:30 en el Jardín del Azor, por si alguien es de Espinardo o cercanías.


Esta mañana me ha tocado el capítulo dedicado a las libertarias y al anarcofeminismo (anda que no mola el término). No deja de sorprenderme cómo algunos discursos liberadores y revolucionarios están oscurecidos por lastres como la homofobia o el machismo. Proudhon calificó a la mujer de gestatriz. Uno de los participantes en el I Congreso Internacionalista de Barcelona (1870) dijo: Opino que la mujer no ha nacido para trabajar, que tiene una misión moral e higiénica que cumplir en la familia, educando a la niñez, amenizando a la familia con sus prendas y su amor. Por suerte, muchas libertarias, y algunos libertarios, dieron un giro a ese discurso patriarcal. Se estableció un debate sobre la visión humanista de Federica Montseny (ver foto) que defendía la liberación humana y no la lucha exclusiva de la mujer por su emancipación, y un feminismo más clásico que incluía la visión de género en la revolución.




En dicho capítulo, se habla de la situación en la que estaban muchos hombres sin empleo. Algunos los califican de hombres-mujeres dedicados a quehaceres domésticos propios de la mujer. Eso me hizo recordar que tenía ropa pendiente de planchar. Cerré el libro, abrí la plancha y confirmé que una cosa es pedir que la mujer amenice a la familia con sus prendas y otra bien distinta intentar planchar esas prendas imposibles de planchar con la que se visten las mujeres.

PD: La sección de los viernes volverá el viernes que viene con un especial indignados (con papá).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Animo Federico con las protestas. siento no poder acompañarte cada jueves, pero 10000 km separan nuestra vecindad.
Saludos che.
A. (el exvecino)

mona dijo...

Tus comentarios y la foto inmejorables!

elhombreamadecasa dijo...

A. el caso es que me extrañaba no verte. ¿Estás en Argentina? Eso merece que me mandes un correo y me cuentes.

Mona, pues el libro es de esos que te "obligan" a seguir leyendo sobre el tema. Ahora estoy con "Siete domingos rojos" de Ramón J. Sender.