Cada miércoles un cuento en El Estafador

jueves, 1 de septiembre de 2011

Agosto a lo DFW

Si de mí dependiera, colgaría de los pulgares a todos los que imitan a David Foster Wallace. Pero como no depende de mí, voy a hacer el primer post de la temporada copiándole (malamente) el inicio de "Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer".


Me he bañado en una piscina pintada en dos tonos de azul sobrevolado por docenas de avispas. He fingido ser un trasgu que deja regalos en un árbol hueco a cambio de comidas infames. He sido tratado como un rey en el camping Deva. Me he reencontrado con una vecina a la que no veía desde hacía ¡treinta años! Quedamos en la tirolina del parque Isabel la Católica. He puesto tantos castigos que perdía la cuenta y necesitaba consultar la agenda. Ninguno ha servido para nada. He seguido haciendo la compra en Mercadona como si tal cosa. Habré corrido unos doscientos kilómetros. Es más que probable que fueran unos pocos menos pero nadie podrá demostrarlo nunca. Me he leído un libro de la colección "Barco de vapor" y me ha gustado mucho. Lucí palmito en el Euroyeyé y Mercedes rompió la pana con un traje ultra sixtie de su madre. Paseé por un zoo que iba de muy natural pero en el que era imposible dar un paso sin correr el riesgo de que te atropellaran cuatro o cinco coches a la vez. Me tomé la medicación salvo un día en el que se me olvidó. Lo noté por la noche. Estuvimos de pinchos por Bilbao y Donosti y, qué queréis que os diga, entiendo lo de los bares de Bilbao en los que no dejan entrar niños. Estuve en una casa en la que podría haber pasado una semana sin salir. Confirmé que mi sobrina es la niña más adorable del universo. Vi cómo un helicóptero cargada agua delante de nuestras narices y pasé algo de miedo porque el incendio no estaba muy lejos. Me tapé por las noches. Perdí los nervios alrededor de media docena de veces. Fui todas las veces que pude a la librería Paradiso de Gijón. Cumplí 37 años. He descubierto canciones espectaculares y algunas no me las puedo quitar de la cabeza. No me bañé en el Cantábrico, otra vez será. No he escrito casi nada pero he leído tanto como siempre. Nos invitaron a una barbacoa entrañable que forma parte ya de nuestras tradiciones veraniegas. Recorrimos más de dos mil quinientos kilómetros. Me volví a bañar en la misma piscina del comienzo. Ya no se veían avispas y las uvas todavía no se podían comer.


PD: Como "Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer" va sobre un crucero y habla de "Vacaciones en el mar" he buscado alguno foto del barco del amor para ilustrar el post. Y me he encontrado con una página web que recopila calvos hechos a lo largo y ancho del planeta. Internet es lo que tiene. 

3 comentarios:

NuBadi dijo...

Felices 37!!!! Es un número adorable y puede ser un muy buen año si no lo molestas mucho!

elhombreamadecasa dijo...

Nuria, gran consejo, procuraré no molestar mucho al año.

Anónimo dijo...

Ay, brodel, qué días más bonitos. Tu blog es adictivo. Yo no hago un Foster Wallace, que como me ponga a enumerar lo que he vivido en la última semana...