No siempre los planes salen como se piensan. Es más, a veces salen como se piensan pero resulta que se han pensado mal. Algo así, más o menos, fue lo que le sucedió a Padre Click cuando ideó ir desde Espinardo a Gijón en diligencia. Tuvo que darse cuenta de que no era buena idea cuando no encontró ninguna empresa de diligencias en Google, ni siquiera en las Páginas Amarillas. Pero como le da por crecerse ante la adversidad, siguió buscando y buscando. Al final, en un tugurio de mala muerte, dio con lo que quería. Dos tipos vestidos con mono azul y tocados con sombreros tipo Far West se ofrecieron a hacer el viaje en una diligencia mohosa y con olor a cerrado.
-Es que hace mucho que no la usamos -se excusó uno de ellos.
Quedaron una mañana muy temprano, justo al amanecer, y la diligencia llegó provocando gran revuelo en las aburridas calles de Espinardo. Uno de los hombres llevaba un gran látigo para fustigar a los caballos y otro iba armado con un rifle Winchester.
-¿El arma es necesaria? -preguntó Padre Click.
-Desde luego -respondió el pistolero -. El camino está plagado de banqueros y tipos que trabajan para agencias de rating.
-Por no hablar de la frontera entre Albacete y Valencia -dijo el cochero.
-¿Qué pasa allí? -siguió preguntando Padre Click.
-¿Es que no lee usted los periódicos? Por allí suelen rondar dirigentes del Partido Popular valenciano. Asaltan lo que sea. Más vale ir preparado.
-Estos tipos saben lo que se hacen -afirmó Madre Click.
Y así empezaron un viaje que llegó a parecer eterno. No solo porque las diligencias no pudieran ir por autovía. Los caballos iban a su ritmo y como ya no se llevaban los sitios con caballos de refresco, debían darles descanso cada poco tiempo.
-A este paso, se nos terminan las vacaciones aquí metidos -se quejó Madre Click.
-Eres muy negativa -le dijo Padre Click.
-No te voy a decir lo que tú eres -replicó ella-, hay niños delante.
Vencidos por el sueño, Padre y Madre Click se durmieron. Un retumbar de cascos más rápido de lo habitual, les despertó.
-¿Y los niños? -preguntó ella.
Un grito les dio la respuesta:
-¡¡¡Yiiiii-haaaaa!!! -gritó Hijo Menor Click.
-¿Cómo se disparará esto? -escucharon que decía Hijo Mayor Click.
Unos disparos confirmaron que había averiguado el funcionamiento del Winchester.
-¿Qué hacéis en el pescante? -gritó Padre Click.
-¿Qué es pescante? -preguntó Hijo Menos Click.
-Me vuelvo a Espinardo -dijo Madre Click.
Pero no había forma de bajar de la diligencia, que ahora atravesaba a una velocidad endiablada las carreteras de Castilla León.
En apenas unas horas, llegaron al camping. Los caballos pidieron clemencia y se lanzaron de cabeza a la piscina, para horror de Abuelo Paterno Click. Entonces, Hijo Mayor e Hijo Menor confesaron que habían aprovechado una parada en el camino y que los dos hombres habían bajado a hacer aguas menores para hacerse con sus sombreros molones, el látigo y el rifle.
-Ya estás llamando a los hombres, les pides perdón y que vengan de inmediato a por la diligencia-dijo Madre Click.
-Y a por los caballos -añadió Abuelo Paterno Click-, que me están poniendo perdida la piscina.
-Pero los sombreros nos los quedamos -dijeron los niños.
1 comentario:
Cualquier parecido con la realidad...
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