Cundido por al pánico, Padre Click dio un volantazo y frenó en el arcén.
-Papá, nos has asustado -dijo uno de los hijos.
-Debéis estar asustados: vuestra madre ha desaparecido.
-¡¡Bien!! -gritó Hijo Mayor Click-. Esta noche, fiesta de pijamas.
-Tenemos que hacer algo...
-Sí -dijo Hijo Menor Click-, comer palomitas en la cama viendo una peli.
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Al cabo de unos minutos, los hijos ya habían planeado toda una serie de acciones prohibidas en presencia de Madre Click. Por su parte, Padre Click había conseguido normalizar su respiración y pulso. Pensó que lo mejor era volver a Mercadona y buscar a Madre Click.
Volvieron a recorrer los pasillos del supermercado sin encontrar ninguna pista fiable. Padre Click, decidido a hacer lo que hiciera falta por recuperar a Madre Click, le preguntó al encargado de la tienda. El hombre quiso desentenderse del asunto pero cuando Padre Click empezó a formar un escándalo llorando y suplicando en pleno pasillo de congelados, lo llevó a su despacho. Le enseñó imágenes de las cámaras de seguridad en las que aparecían él y los dos niños pero ni rastro de Madre Click.
Al salir de Mercadona, Padre Click pensó que solo había una forma de explicar la desaparición. Madre Click había descubierto el secreto de las máquinas teletransportadoras y la habían hecho desaparecer, también de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad.
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La primera noche de ausencia, Padre Click tuvo un sueño en el que Madre Click acudía a él en forma de pin-up dispuesta a calmar su sed:
La segunda noche, Madre Click se le apareció en forma de máquina de escribir antigua, construida con restos de tanques de la 2ª Guerra Mundial y de nombre misterioso y sugerente. Tecleó versos tristes y melancólicos pensando que acariciaba al amor perdido.
* * *
Crítico Uno: Terrible ese final... El romanticismo casposo debería estar prohibido bajo pena de muerte.
Crítico Dos: Es usted un extremista.
C1: ¿Acaso no comparte mi opinión?
C2: Al cien por cien.
C1: ¿Y qué me dice de la máquina teletransportadora?
C2: No me hable, que se ve el truco a mil kilómetros de distancia.
C1: El Macguffin más descarado con el que me he topado en la vida.
C2: No tiene ni idea de qué hacer con la historia y se saca de la manga lo de la máquina para distraer la atención del lector.
C1: O lectora.
C2: ¿Desde cuándo se preocupa usted por la corrección política?
C1: No es corrección política, es corrección, sin más.
C2: Lo que usted diga. Sea como sea, me espero lo peor en el desenlace de la historia.
C1: Diría que está siendo usted generoso en su pronóstico.
2 comentarios:
Tiene usted demasiado tiempo libre... :P
Gárgamel, no se crea, lo que pasa es que me quito horas de sueño para poder escribir. Soy muy sacrificado y disciplinado.
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