Cada miércoles un cuento en El Estafador

viernes, 27 de junio de 2008

Autorreproche

Que va a acabar la Eurocopa y no he puesto nada en el blog sobre ella. Hay que ver, estos escritores de medio pelo con ínfulas de grandes intelectuales, menudos son. No, lo que pasa es que no tengo tiempo de escribir mucho... ¿puede ser que me repita? Recuerdo que en clase de literatura de 2º de BUP, Fuensanta Marín nos explicaba los agrios debates entre Quevedo, defensor de una literatura popular, y Góngora, defensor de una literatura elitista. Yo, que aborrezco a los superventas, aspiro a ser un escritor popular, o mejor dicho, pop. No me gusta liarme con grandes discursos ni con palabros rebuscados. También me gustan los temas habituales, como el fútbol. No haber hablado antes de lo bien que lo estamos pasando con esta selección de ensueño no ha sido un ejercicio absurdo de aislamiento es que, simplemente, no he encontrado el momento. ¿Y toda esta justificación a qué viene? Siempre a la defensiva, qué carácter, por dios.

Cuando era pequeño me gustaba el fútbol y era de la Real Sociedad, como mi amigo Enrique. Cuando me operaron de fimosis me regalaron un balón Tango Adidas y el jersey de Luis Miguel Arconada, mi ídolo. Era un poco malo jugando al fútbol pero con el Tango Adidas siempre me invitaban a jugar. Sospechosamente, después del primer minuto me mandaban al banquillo de reserva. Mi padre se enfadaba mucho: si juegan con tu balón, tú también tienes que jugar. Su exigencia me hacía las cosas más difíciles. Siempre he sido de carácter blando y prefería quedarme sentado viendo como los buenos manejaban con el pie mi balón de reglamento. De eso hace tanto tiempo que me acuerdo de la final de hace 24 años contra Francia. Las malas lenguas decían que como Arconada era vasco y terrorista se dejó colar el gol de Platini. La gente, qué mala que es.



Después, me desentendí del deporte estrella. No sé por qué, la verdad. Claro que ser varón y que no te guste el fútbol te va convirtiendo poco a poco en un paria. Así que tuve que volver a aficionarme y esta vez me hice del Barça, y ahí sigo.

Esta mañana, tomando café con las amigas del trabajo hemos comentado el partido de fútbol. Las cosas como son: entre hombres tal partido puede dar conversación ad infinitum. Entre mujeres da para poco más de un par de minutos. Menos mal que hemos podido poner como chupa de dómine (¿se dice así?) a la princesa (rencor republicano que no lleva a ninguna parte). Impagable ese abrazo inconcluso con el príncipe o ese agarrón artificial al brazo de él. Según los periodistas empalagosos y pelotas se debió a que el protocolo no lo aconseja. Mi teoría es otra: en realidad, les recomendaron que animaran y se abrazaran, para que el pueblo llano los sientiera cercanos, pero como no se tocan habitualmente, cuando lo intentan no les sale.


En esta buena racha de España, cada español se considera el verdadero talismán. Un amigo dice que la selección gana porque él no ve los partidos. Otra dice que menos mal que al final vieron el partido contra Rusia porque fue poner la tele y marcar Xavi. Pero se equivocan, el verdadero amuleto estoy siendo yo: de siempre he visto estos partidos con los amigos y siempre nos iba fatal y esta vez, que los veo en casa, estamos ganando. ¿Qué hacer si me llaman para ver la final?

Pues eso, que fútbol es fútbol.

PD: Sé que no viene al caso pero si no lo digo reviento. He escuchado al ministro de industria decir que suben el precio de la luz no para que paguemos más por la luz (sic) y sí para que ahorremos energía (resic) por nuestro propio bien (requetesic) y el bien del planeta. Hay que tenerlos cuadrados y una cara bien grande. Esas cosas no se dicen. Si tienes que subir la luz porque las electricas te tienen bien cogido por salva sea la parte, hazlo, cobarde, pero después no nos trates como tontos. Un poco de respeto que es que mira que nos respetan poco.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Al final ganamos, ¿fue por que les diste tú suerte? ¿o fui yo que es el primer partido que veo en años, pero que muchos años?? O fue, que eran gente joven con ganas de trabajar en lo suyo no como la mayoría de los de los 80 en adelante que no hay manera de que se den cuenta de que si algo quieres, algo te cuesta. tengo cada anécdota sobre ellos que me darìa para un blog pero no soy de esos (Soy de los 70 como intuyo que tú tb) Por cierto, ¿Qué tal la oposición de tu esposa? Deseo que bien.
Saludos

Anónimo dijo...

Soy el anónimo de antes, los arrumacos dan vergüenza ajena, es que a esta chica no hay quien se la crea, soy de los que piensan que debería su esposo haber renunciado a los derechos dinásticos para casarse con ella, pero bueno, no quería comentar eso, sino que los abrazos, bah, pero los pendientes de la Infanta Elena esos sí que eran de Borbona con un par de...narices. Me encantaron.

elhombreamadecasa dijo...

Las ganas de trabajar, la sabiduría de Aragonés, el buen juego de todo el equipo y tal son tonterías. Ganaron porque yo vi el partido en casa. Ésas son las cosas que marcan la diferencia y deciden la Historia.

Respecto a los derechos monárquicos, más que renunciar deberían ser arrebatados y aniquilados por el pueblo. A no ser que el calendario esté mal y no estemos en el siglo XXI. Y, en todo caso, lo que de verdad se le escapa a mis entendederas es que ella deba renunciar a su carrera profesional para ser princesa.

En cuanto a las oposiciones, el día antes se miró un tema, el 41, pero no le salió. Improvisó algo sobre el tema 43 y ya veremos. Insisto: Mercedes para esto tiene cierta habilidad sobrehumana.

Soy del 74, por cierto.

Anónimo dijo...

Bueno, venga, aceptamos que tú fuiste la piedra inflexora que consiguió que estos chicos ganaran...
En cuanto a lo de los 70, me refería a la década.
Y en cuanto a lo de la princesita,yo sí que entiendo que ella tenga que renunciar puesto que ahora tiene otro trabajo, lo que no entiendo es que no renunciara él, pq si me quieren vender la Monarquía como una institución ancestral que se comporten como tal y si eso solo les interesa para lo bueno, que les vayan dando. De hecho, soy de los que opinan que los principitos no llegarán a reinar, lo malo es que la alternativa del Carod Rovira ese, me pone los pelos de punta, así que tendremos que ponernos manos a la obra y buscar algo mejor, salir todos a la Plaza de Colón, pero no a festejar un triunfo que en el fondo, todos sabemos que es una memez (pan y circo, en tiempos de crisis) sino a pedir un futuro más digno y consecuente con el siglo que nos ha tocado vivir. Jo, como me he levantado esta mañana...

elhombreamadecasa dijo...

La otra noche escuché El Larguero. No sé lo que me pasa pero no puedo dejar de escuchar los programas deportivos de La Ser. Entrevistaron a Arconada y dijo que estaba harto de que se le recordara por aquel maldito gol. Y yo voy y pongo una foto justo de ése. Bueno, eso no quita para que fuera el más grande.

Ah, y cuando vi a Palop vestido con la camiseta de Arconada para reconocer la medalla de campeón, la reconocí incluso antes que los comentaristas. No en balde, tuve una igual.

elhombreamadecasa dijo...

Donde dice "reconocer la medalla de..." debería decir "rcoger la medalla de campeón..."

owachy dijo...

Jejeje... Me acuerdo perfectamente de aquella camiseta de acornada, que era la envidia del barrio, al igual que tu balón (yo también era bastante malo, y terminaba a tu lado, comentando los partidos, por eso me llamaron durante algún tiempo "El Comentarista").
Por cierto, yo sigo siendo de La Real, pese a los malos momentos que vive. Me hice de La Real en junio del 79, tras perder injustamente una liga a manos del Madrid y pelearme con mi padre. Luego llegaron dos ligas, y una retaíla de jugadores imborrables...

Y te entiendo, yo también escribo y adoro el fútbol. Y soy quevediano, más por estética que por cualquier otra cosa (¡menuda contradicción!).

Un abrazo, hermano.