Cada miércoles un cuento en El Estafador

viernes, 22 de junio de 2012

La sexta muerte de elhombreamadecasa: Muerte en la biblioteca (primera parte)

Resumen de lo publicado hasta ahora, es decir: de lo publicado hasta ahora en la última saga: Fede y sus dos hijos, Niño Catódico y Niño Sónico acuden a la biblioteca de Espinardo y descubren que el ayuntamiento la ha cerrado. Cuando se entera Mercedes, decide tomar cartas en el asunto. Declara que la biblioteca es del pueblo y que no se puede cerrar y designa a Peluche Diabólico como nuevo bibliotecario. Ayuda de Cámara, uno de los malos, informa a Alcalde de lo que está sucediendo en la biblioteca de Espinardo. Alcalde se aburre y considera que ha llegado el momento de poner a la policía en marcha. Se mastica el desastre.


Con flipantérrimas ilustraciones de José María Casanovas.


La sucesión de los hechos, narrados de forma somera, que no tenemos todo el día, fue más o menos así (y asá):


Día D menos 10: Un hombre tan sospechoso que uno acaba por pensar que más que un agente de Alcalde es un imbécil irrumpe en la biblioteca. Peluche Diabólico levanta la vista del libro que estaba leyendo y observa al imbécil desde detrás del mostrador de bibliotecario. No merece la pena molestarse y regresa a la metáfora que estaba intentando desenredar. El imbécil mira a todos lados y entorna los ojos para tomar nota mental. Inclina la cabeza hacia la izquierda al tiempo que con el índice de la mano izquierda se aprieta algo dentro del oído izquierdo. El imbécil solo sabe actuar siguiendo clichés, gestos esperados que revelan todos sus secretos. Al cabo de un rato, se da la vuelta y sale de la biblioteca.


Ya fuera, en las escaleras, se cruza con Mercedes. Mercedes se queda mirando al imbécil y le habla:


-Eh, tú. Dos cosas te voy a decir. La primera es que apestas tanto que no hay más remedio que pensar que te has revolcado en mierda antes de venir aquí. Tienes suerte de que no tengamos derecho de admisión. Y la segunda es un mensaje a tu jefe. Dile a Alcalde que solo dejaremos la biblioteca cuando el ayuntamiento vuelva a asumir su gestión. Mientras tanto,  la seguiremos abriendo al pueblo.


Día D menos 8: Peluche Diabólico lee "Rojo y negro" de Stendhal. Esa tarde no hay mucha gente en la biblioteca y puede leer con tranquilidad. Rojo y negro. Vida y supervivencia. Amor y desamor. Muerte y memoria. Buena suerte y mala suerte. Riqueza y miseria. Privilegiados y parias. Esto y lo otro. El cerebro esponjoso del oso hierve. El algodón que rellena su cráneo amenaza con entrar en combustión espontánea. Peluche Diabólico abandona la lectura y pierde la mirada entre los libros de la estantería de enfrente.


Día D menos 7: Alcalde había pedido cien policías antidisturbios pero desde el Ministerio del Interior le respondieron que le mandaban dos docenas y gracias. La justificación de la peligrosidad de un oso de peluche gigante y dos niños con superpoderes fue obviada. Algún día, cierta ceguera será el fin del Capital.


Día D menos 5: La batalla se desarrolla en apenas unos segundos. Una ráfaga alterna de rayos catódicos y píxeles gordos de TDT arroja por los aires a una docena de antidisturbios. Sus trajes acorazados impiden lesiones graves cuando caen a tierra. No obstante, al día siguiente, un portavoz de la policía saldrá delante de los medios a lloriquear por las gravísimas lesiones que han sufrido sus agentes. 




Unos bucles de sonido comprimido perforan los cascos de la docena de policías que no han sido arrojados por los aires, un destello de luz blanca les ciega y una vibración de onda corta les revuelve cerebro, tímpano y estómago hasta que acaban por vomitarse encima y unos sobre otros. Alguno incluso pierde el control de los esfínteres mayores y menores y se convierte en el hazmerreír del cuerpo ya de por vida. 




Cuando Peluche Diabólico quiere unirse a la acción, dos docenas de policías huyen temblorosos.


-Maldita sea, niños -se queja el oso-, no me habéis dejado nada.


-Si quieres diversión, tienes que espabilar y ser más rápido, Peluche Diabólico -le dice Mercedes-. El equipo no puede esperar a que te acabes el capítulo que estés a medio leer.


Peluche Diabólico baja la mirada avergonzado. La próxima vez se desquitará y le demostrará a Mercedes que sabe estar a la altura de las circunstancias.


Día D menos dos: Ayuda de Cámara vuelve a plantearle a Alcalde la necesidad de una rectificación. La gente está muy soliviantada con el cierre de las bibliotecas. La imagen de la policía volando por los aires, vomitando unos sobre otros y cagándose encima ha provocado tales cantidades de mofa y burlas que los niños no paran de hacerles pedorretas a los policías por la calle y cosas peores. Según Ayuda de Cámara, la solución es reabrir las bibliotecas y planificar la guerra sucia contra esa extraña familia de Espinardo.


-Está bien -admite Alcalde-. Que se reabran las bibliotecas. Pero no tengo ganas de esperar para desatar la guerra sucia. Llama al francotirador.


Concluirá.

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