Cada miércoles un cuento en El Estafador

miércoles, 31 de agosto de 2011

Vacaciones Pop: ¿El final?

Y resultó que los caracoles de Gijón, además de ser muuuy grandes, eran plastívoros.




¿La lechuga que ponen siempre en el fondo del plato, se come?
En Asturias se come de muerte.

sábado, 27 de agosto de 2011

VP: El poder de la democracia / Nuevo contrato de empleo infantil

Paseaba la Familia Click por las cercanías del camping cuando, al otro lado de un vallado, vieron un animal. Surgió una discusión sobre la especie a la que pertenecía. Decidieron votar. Madre Click dijo que era una vaca, Hijo Mayor Click dijo que era un caballo, Hijo Menor Click dijo que era un canguro. Le tocaba votar a Padre Click. Lo tuvo claro: Era un canguro.


Hijo Menor Click con canguro al fondo.


A la entrada del camping, hay un negocio de dar paseos a caballo. Hijo Mayor Click tiene una amiga que es una apasionada de los caballos y a fuerza de insistir, consiguieron trabajo cuidándolos. Las condiciones eran muy sencillas: ellos trabajaban y ya. Hijo Mayor Click se puso muy contento porque tanto él como su amiga estaban dispuestos a pagar por poder trabajar cuidando a los caballos y les dejaron trabajar gratis. Empiezan a estar preparados para incorporarse al mundo laboral.







miércoles, 24 de agosto de 2011

VP: El cuidador de flores

¿Qué culpa tienen las flores de que su dueña se vaya de vacaciones? Ninguna. ¿Y de que Madre Click se acuerde siempre de la posibilidad de poner un sistema de riego por goteo el 31 de julio, cuando ya es demasiado tarde?. Ninguna, tampoco. ¿Deben morir de forma lenta y dolorosa, abrasadas por el sol y la sed? Por supuesto que no. ¿Qué hacer entonces? Afortunadamente, Tío Paterno Click llega al rescate y se ofrece a regar las plantas en ausencia de la Familia Click. Sirva este post de homenaje al cuidador de flores:



lunes, 22 de agosto de 2011

VP: El teléfono por la culata

La historia que sigue sucedió, o no, hay algunas lagunas al respecto, en Donosti. ¿O fue en Bilbao? Padre Click y Madre Click lo niegan pero diversos testigos presenciales afirman que todo sucedió tal y como ahora se va a relatar.




Para celebrar el reencuentro, Familia Click decidió darse una vuelta por la Cornisa Cantábrica, un plan pendiente desde hacía varios años. El primer día lo dedicaron a Cabárceno y Santander. Al segundo, entraron en Euskadi, rumbo a Bilbao. 


No se perdieron mucho y aparcaron en zona verde. En agosto, además, no se paga por la tarde (en Bilbao). Padre Click todavía no era consciente pero había sido víctima del llamado Sortilegio Txakoli. Se trata de un sortilegio muy sencillo que consiste en el impulso irrefrenable de pedir un txakoli en cuanto se ve una barra o se pasa cerca de un bar.


Quiso pedir un café con leche para desayunar y pidió un Txakoli. Quiso pedir un pacharán después de comer pero pidió el enésimo Txakoli. Solo pudo resistir el Sortilegio Txakoli cuando fueron a cenar a un restaurante de comida rápida. Allí pidió un Happy Meal cuando debía haber pedido un Diver King. La muchacha de la caja registradora no se lo tuvo en cuenta (según ella misma).


Después del casco viejo de Bilbao, tocaba la parte vieja de Donosti. Había mucha gente y como Padre Click y Madre Click son muy precavidos, escribieron con bolígrafo su número de teléfono en los bracitos de Hijo Mayor e Hijo Menor Click. Eso les daba un aire de presos de algún campo de concentración pero reducía los riesgos si se perdían.


Al cabo de tres o cuatro txakolís, los hijos estaban hartos de ir de bar en bar. Javier Clemente entró en el mismo bar en el que ellos estaban tomando unos pinchos. Recordaron viejos malos tiempos. Empezaron a ver doble.


Los niños la liaron parda en la entrada de una tienda. Yo voy a fingir que no los conozco, dijo Padre Click. Madre Click se subió al carro. El de la tienda, se encaró con Padre Click por el comportamiento de los niños pero Padre Click se desentendió de todo y dijo que era la primera vez que veía a esos descendientes de Caín. El hombre de la tienda vio el teléfono en el brazo de Hijo Mayor Click y decidió llamar. Padre Click, orgulloso de cómo había resuelto el problema, volvió al txakoli. Entonces sonó su teléfono y tuvo que vivir una escena muy comprometedora.

jueves, 18 de agosto de 2011

VP: El paso del tiempo y la subjetividad

Cuando llegan al camping, Abuelo Paterno Click ve a su familia con buenos ojos. Su hijo entrañable, su nuera entrañable, sus nietos entrañables. Pero conforme pasan los días, después de que tomen al asalto su casa, de que se comporten como hunos y de tener que fingir que nada tiene que ver con ellos, se produce la transformación y los ve como una cuadrilla de bárbaros:



martes, 16 de agosto de 2011

VP: Madre Click Desaparecida (Misterio en tres partes: Tercera)

Al tercer día de la desaparición, todo el mundo en el camping le llamaba El Viudo. Peor que eso eran las miradas de conmiseración que recibía tan a menudo. Le daban ganas de volverse y gritar: ¡Eh, que a su madre le hacen el mismo ningún caso que a mí! Pero bastante tenía con la pelea de turno con Hijo Mayor e Hijo Menor.


La búsqueda en Mercadona no había dado resultado. Al regresar a la casa de Abuelo Paterno Click, la puso patas arriba buscando alguna pista sobre el paradero de Madre Click, pero nada. Los teléfonos a los que llamaba estaban apagados y fuera de cobertura y el dichoso wifi funcionaba solo a ratos.


De la visita a comisaría mejor ni hablar. Verá, usted, vengo porque mi mujer ha desaparecido y... empezó a decir hasta que fue interrumpido por sus hijos que iniciaron una batería interminable de preguntas al hombre que les atendía al otro lado de la mesa. ¿Qué quiere decir policía? ¿Por qué no llevas una estrella como los sheriffs? ¿Esa pistola es de verdad? ¿De qué calibre? ¿Qué quiere decir calibre? ¿Si le disparo a alguien en un ojo, qué le pasa? ¿Los fantasmas se pueden escapar de la cárcel? ¿Por qué mi padre habrá venido aquí si siempre dice que la policía no sirve para nada? ¿A cuántos ladrones has detenido? ¿Eres más fuerte que Hulk? ¿Tenéis donuts? ¿Todos los policías son tan gordos como tú? ¿Vuestras motos pueden volar? ¿Me dejas las esposas? ¿La porra es de hierro?


Al cabo de media hora, el policía dijo que Madre Click no había desaparecido, que había, con toda la razón del mundo, desertado. Y dio el caso por cerrado.


Agotadas todas las acciones posibles, volver a Espinardo no se contemplaba de momento, decidió esperar. Y la cosa dio resultado. Al quinto día de la desaparición, Madre Click llegó casi a la hora de cenar.


-Ya estoy aquí -dijo-. Anda que habéis venido a esperarme a la estación.


-¡Estás viva! -gritó Padre Click llorando y lanzándose sobre Madre Click.


-¿Por qué habré vuelto? -murmuró ella.


-¿Dónde estabas? ¿Llevo cinco días como loco buscándote por todas partes? ¿Has probado las máquinas teletransportadoras del Mercadona?


-¿De qué hablas? Me fui a Albacete a estar unos días con mi hermana. Te lo dije.


-¡No me lo dijiste!


-Sí te lo dije. Lo que pasa es que no me escuchas cuando hablo.


Final feliz.


* * *


Crítico Uno: Lo sabía, tenía que acabar con...


Crítico Dos: Discúlpeme pero creo que lo justo sería que esta vez sea yo el que empiece.


C1: Pero usted es el dos y todo el mundo sabe que el dos va después del uno.


C2: Nuestra numeración es una simple cuestión de azar. Yo no soy ni menos listo ni menos guapo que usted.


C1: Me ha malinterpretado. Yo solo digo que hace falta un orden.


C2: ¡Usted ha empezado en las dos partes anteriores!


C1: Si se va a poner así...


C2: Me pongo así.


C1: Adelante, empiece usted.


C2: Eso haré.


C1: ¿Cuándo?


C2: En cuanto usted me deje.


C1 hizo un gesto con los ojos y las manos para apremiar a C2.


C2: Bien, lo diré, déjeme disfrutar de estos segundos de placer...


C1: No lo alargue más, dígalo ya, por lo que más quiera.


C2: Deus... ex... machina


C1: Aaah, qué bien suena.


C2: Hay que ser mal escritor para acabar una supuesta historia de misterio con un Deus ex machina.


C1: Muy malo o muy gandúl.


C2: O las dos cosas.

C1. Esa es mi sospecha.


C2: Espero que nos trasladen pronto a otro blog que merezca la pena.


C1: Con urgencia. 

domingo, 14 de agosto de 2011

VP: Madre Click Desaparecida (Misterio en tres partes: Segunda)

Cundido por al pánico, Padre Click dio un volantazo y frenó en el arcén.


-Papá, nos has asustado -dijo uno de los hijos.


-Debéis estar asustados: vuestra madre ha desaparecido.


-¡¡Bien!! -gritó Hijo Mayor Click-. Esta noche, fiesta de pijamas.


-Tenemos que hacer algo...


-Sí -dijo Hijo Menor Click-, comer palomitas en la cama viendo una peli.


- - -


Al cabo de unos minutos, los hijos ya habían planeado toda una serie de acciones prohibidas en presencia de Madre Click. Por su parte, Padre Click había conseguido normalizar su respiración y pulso. Pensó que lo mejor era volver a Mercadona y buscar a Madre Click.


Volvieron a recorrer los pasillos del supermercado sin encontrar ninguna pista fiable. Padre Click, decidido a hacer lo que hiciera falta por recuperar a Madre Click, le preguntó al encargado de la tienda. El hombre quiso desentenderse del asunto pero cuando Padre Click empezó a formar un escándalo llorando y suplicando en pleno pasillo de congelados, lo llevó a su despacho. Le enseñó imágenes de las cámaras de seguridad en las que aparecían él y los dos niños pero ni rastro de Madre Click.


Al salir de Mercadona, Padre Click pensó que solo había una forma de explicar la desaparición. Madre Click había descubierto el secreto de las máquinas teletransportadoras y la habían hecho desaparecer, también de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad.


- - -


La primera noche de ausencia, Padre Click tuvo un sueño en el que Madre Click acudía a él en forma de pin-up dispuesta a calmar su sed:






La segunda noche, Madre Click se le apareció en forma de máquina de escribir antigua, construida con restos de tanques de la 2ª Guerra Mundial y de nombre misterioso y sugerente. Tecleó versos tristes y melancólicos pensando que acariciaba al amor perdido.






* * *


Crítico Uno: Terrible ese final... El romanticismo casposo debería estar prohibido bajo pena de muerte.


Crítico Dos: Es usted un extremista.


C1: ¿Acaso no comparte mi opinión?


C2: Al cien por cien.


C1: ¿Y qué me dice de la máquina teletransportadora?


C2: No me hable, que se ve el truco a mil kilómetros de distancia.


C1: El Macguffin más descarado con el que me he topado en la vida.


C2: No tiene ni idea de qué hacer con la historia y se saca de la manga lo de la máquina para distraer la atención del lector.


C1: O lectora.


C2: ¿Desde cuándo se preocupa usted por la corrección política?


C1: No es corrección política, es corrección, sin más.


C2: Lo que usted diga. Sea como sea, me espero lo peor en el desenlace de la historia.


C1: Diría que está siendo usted generoso en su pronóstico.

viernes, 12 de agosto de 2011

VP: Madre Click Desaparecida (Misterio en tres partes: Primera)

Padre Click sabía que en cada Mercadona había una puerta de atrás que daba acceso a un prototipo de máquina teletransportadora que permitía viajar a lo largo y ancho de todo el territorio español. Lo sabía de la misma forma en que se sabe que las balas de plata matan a los hombres lobos, que Conan solo teme a la magia o que en el Área 51 se guardan en formol, y debidamente catalogados, restos de, al menos, una docena de formas de vida alienígena.


Mientras tanto, se entretenía decidiendo si comprar una bayeta antimicrobiana o la amarilla de toda la vida. Fue en la frutería, obnubilado por la diferencia entre los Nectarinos de Gijón y los de Espinardo cuando sintió por primera vez esa sensación extraña en el estómago. Algo no andaba bien pero no supo qué.


Antes de pagar, revisó la cartera por si llevaba dinero en metálico. La tarjeta fallaba de vez en cuando y sería un mal trago que decidiera no funcionar con toda la compra en la cinta transportadora. Tal vez se debía a eso la sensación extraña en el estómago. Pero llevaba dinero de sobra y la tarjeta funcionó sin que desapareciera el revoloteo de mariposas nerviosas.


En el ascensor pasó un mal rato. Los botones eran distintos a los del Mercadona de Espinardo y no supo qué hacer.


-Hay que darle al menos uno -dijo Hijo Menor Click, resolviendo la duda de su padre.


Una vez cargada la compra en el maletero y atados los hijos, puso en marcha el coche y maniobró para salir del parking. El malestar iba creciendo y ya casi era un dolor físico.


Al pasar la redonda de la Laboral, miró a su derecha y vio el asiento del copiloto vacío. ¡Dios mío! ¡Eso era! ¡Madre Click no estaba, había desaparecido!


La Familia Click (disminuida y algo borrosa por el susto)
en el último sitio en el que fue vista Madre Click.


*  *  *


Crítico Uno: Un claro ejemplo de Cherchez la femme.


Crítico Dos: ¿Pero qué dice usted?


C1: Ya sabe, la frase que usó Dumas padre en una de sus novelas, Cherchez la...


C2: Sí, sí, sé lo que es. Pero no estoy de acuerdo en que la historia aquí planteada sea de ese tipo.


C1: ¿Cómo que no? Deberán buscar a Madre Click, vamos, digo yo...


C2: No lo pongo en duda, pero el uso habitual que se le ha dado a esa expresión no se refiere a que la trama central sea la búsqueda de una mujer. Más bien se refiere a que tras el misterio hay una mujer que explica la conducta sospechosa de los protagonistas.


C1: Complica usted mucho las cosas. Si van a buscar a Madre Click, es un claro ejemplo de Cherchez la femme.


C2: Tal vez en un sentido literal pero no literario.


C1: Se la agarra usted con papel de fumar.


C2: Yo no he puesto en duda su masculinidad.


C1: Ni yo. Lo que quería decir era que...

miércoles, 10 de agosto de 2011

VP: Foto de familia

Madre Click es de las que cree que si te toman una foto te roban el alma. Por eso no quiere posar y, si lo hace, es con cara de pocos amigos. También es de las que creen, y en esto es bastante original, que pierdes el alma si echas una foto. Que se volatiliza junto al fogonazo del flash. Por eso nunca echa una foto y, si lo hace, encuadra mal, para fastidiar. Pero hace poco, descubrió el disparador automático y no se pudo resistir a que toda la familia se echara una foto. 


Así fue el primer intento:




La gracia de Padre Click les divirtió mucho, a los niños, y se echaron unas risas. Madre Click le advirtió de que no toleraría más payasadas e hizo un segundo intento:




Esta segunda vez nadie se rió e incluso hubo consenso acerca del mal gusto de Padre Click. Así que tomaron medidas, tal y como puede apreciarse en el tercer intento:




Próximamente: Madre Click Desaparecida (misterio en tres partes)

viernes, 5 de agosto de 2011

VP: Viaje de Ida o La Diligencia

No siempre los planes salen como se piensan. Es más, a veces salen como se piensan pero resulta que se han pensado mal. Algo así, más o menos, fue lo que le sucedió a Padre Click cuando ideó ir desde Espinardo a Gijón en diligencia. Tuvo que darse cuenta de que no era buena idea cuando no encontró ninguna empresa de diligencias en Google, ni siquiera en las Páginas Amarillas. Pero como le da por crecerse ante la adversidad, siguió buscando y buscando. Al final, en un tugurio de mala muerte, dio con lo que quería. Dos tipos vestidos con mono azul y tocados con sombreros tipo Far West se ofrecieron a hacer el viaje en una diligencia mohosa y con olor a cerrado.


-Es que hace mucho que no la usamos -se excusó uno de ellos.


Quedaron una mañana muy temprano, justo al amanecer, y la diligencia llegó provocando gran revuelo en las aburridas calles de Espinardo. Uno de los hombres llevaba un gran látigo para fustigar a los caballos y otro iba armado con un rifle Winchester.


-¿El arma es necesaria? -preguntó Padre Click.


-Desde luego -respondió el pistolero -. El camino está plagado de banqueros y tipos que trabajan para agencias de rating.


-Por no hablar de la frontera entre Albacete y Valencia -dijo el cochero.


-¿Qué pasa allí? -siguió preguntando Padre Click.


-¿Es que no lee usted los periódicos? Por allí suelen rondar dirigentes del Partido Popular valenciano. Asaltan lo que sea. Más vale ir preparado.


-Estos tipos saben lo que se hacen -afirmó Madre Click.


Y así empezaron un viaje que llegó a parecer eterno. No solo porque las diligencias no pudieran ir por autovía. Los caballos iban a su ritmo y como ya no se llevaban los sitios con caballos de refresco, debían darles descanso cada poco tiempo.


-A este paso, se nos terminan las vacaciones aquí metidos -se quejó Madre Click.


-Eres muy negativa -le dijo Padre Click.


-No te voy a decir lo que tú eres -replicó ella-, hay niños delante.


Vencidos por el sueño, Padre y Madre Click se durmieron. Un retumbar de cascos más rápido de lo habitual, les despertó.


-¿Y los niños? -preguntó ella.


Un grito les dio la respuesta:


-¡¡¡Yiiiii-haaaaa!!! -gritó Hijo Menor Click.


-¿Cómo se disparará esto? -escucharon que decía Hijo Mayor Click.


Unos disparos confirmaron que había averiguado el funcionamiento del Winchester.






-¿Qué hacéis en el pescante? -gritó Padre Click.


-¿Qué es pescante? -preguntó Hijo Menos Click.


-Me vuelvo a Espinardo -dijo Madre Click.


Pero no había forma de bajar de la diligencia, que ahora atravesaba a una velocidad endiablada las carreteras de Castilla León.


En apenas unas horas, llegaron al camping. Los caballos pidieron clemencia y se lanzaron de cabeza a la piscina, para horror de Abuelo Paterno Click. Entonces, Hijo Mayor e Hijo Menor confesaron que habían aprovechado una parada en el camino y que los dos hombres habían bajado a hacer aguas menores para hacerse con sus sombreros molones, el látigo y el rifle.


-Ya estás llamando a los hombres, les pides perdón y que vengan de inmediato a por la diligencia-dijo Madre Click.


-Y a por los caballos -añadió Abuelo Paterno Click-, que me están poniendo perdida la piscina. 


-Pero los sombreros nos los quedamos -dijeron los niños.



miércoles, 3 de agosto de 2011

Vacaciones Pop: Viaje de ida o La Diligencia (prólogo)







Llevaban 23 horas ininterrumpidas de viaje camino de Gijón y Padre Click dijo:
-Cuando lo pensé, parecía buena idea.
-Que te zurzan -le dijo Madre Click.
-¡Eh! ¿Cómo iba a saber yo que las diligencias no podían circular por autovías?