El viernes por la tarde nos fuimos al colegio Darío, Juan y yo para seguir preparando la fiesta fin de curso del lunes (¿en cuánto valoraríais el grado de pesadez alcanzado con este tema en una escala del 1 al 10?). Habíamos quedado a las 16:30 y un poco antes nos tuvimos que meter todos en el coche. Miré el termómetro a ver lo que marcaba y vi esto:
Un grado más y las proteínas humanas empiezan a desnaturalizarse, te conviertes en una masa amorfa y mueres en tu propio jugo. Menudo verano nos espera.
PD: Cuando terminamos de cargar las cámaras frigoríficas y la exposición de cuentos, nos fuimos a comprar los premios del concurso literario. En la vida me he dado un atracón como ese. Con deciros que acabé harto de libros infantiles. Lo nunca visto.
Jeje, en julio de 2002 vi en Zaragoza un termómetro que marcaba 85º. Sólo estábamos a 40º, pero creí que se me fundían los sesos, pordió...
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